Capítulo 4: Coincidencia

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Capítulo 4

LARA

Trabajar de asistente de directivos es cansado, creo que todos nosotros tenemos que estar en movimiento a todas horas, cuando creemos tener un descanso, surge otro recado, otra cosa que hacer y nunca podemos descansar. Pero trabajar con Alexa hace todo más fácil y agradable, todo es sonrisas y anécdotas que hacen el tiempo correr y si le sumamos que ella maneja a los directivos como si fueran sus hijos, el respeto es mutuo, aunque creo que ellos la respetan más a ella. Los tiene organizados a todos hasta en los detalles más mínimos, es una experta en esto de manejar a los directivos.

-Lara querida, si el señor Miller no se ha puesto en contacto contigo puedes escribirle para hacerle saber que yo te di permiso para salir antes. Si él te necesitara para algo en específico que se comunique contigo de ser necesario. –estoy entusiasmada con la idea de salir antes, ayer terminé muy tarde y hoy tan solo son las dos. Creo que me da tiempo para ir a almorzar a algún lugar y no tener que someterme a barras energéticas.

-Está bien, que tengas un buen día Alexa, si quieres me puedo quedar. –quiero que mantenga su propuesta pero también sé que los directivos dan mucho trabajo.

-Tranquila cariño, yo puedo controlarlos. Solo quedan cuatro y dentro de una hora habrán salido para una reunión dos de ellos y los que quedan ya estaban terminando su trabajo por hoy. Puedes irte tranquila.

-Entonces me voy antes de que te arrepientas. –eso la hace reír. –Hasta mañana. –le digo tocando el botón del ascensor.

-Hasta mañana Lara y que el pequeño cascarrabias no necesite de ti. Disfruta de tu tarde libre. –me despido con la mano antes de cerrarse las puertas y cruzo los dedos para que sus palabras se cumplan. El señor Miller no es un jefe odioso al que detesto, al contrario, podría decir que me simpatiza sin conocerlo, pero tengo deseos de tener un descanso de tanto ajetreo en la oficina, y pensar que sólo llevo dos días. No sé cómo pueden soportarlo los demás asistentes, en estos momentos creo que es un trabajo poco valorado.

En el ascensor le escribo un mensaje al señor Miller casi citando las palabras de Alexa, él me responde que disfrute de mi tarde y que espera no necesitar de mí en lo que queda de día, porque ser asistente del señor Miller tiene ese nuevo plus, tengo que estar a su disposición 24/7 así seas una simple becaria.

Una vez en el coche tomo la avenida y conduzco por un tiempo sin rumbo hasta que decido ir a un restaurante de comida española que se encuentra a unos quince minutos de donde estoy ahora. No me importa que sea un poco tarde para ir por un almuerzo, esa comida española lo vale. Cuando llego a Sabor, es como estar en España o lo más cerca que puedo estar de mi país en Londres. Todo está decorado con colores vivos, el ambiente es totalmente diferente y el aroma del lugar es tan delicioso que me hace salivar. El restaurante está bastante lleno por lo que el maître me lleva a la terraza donde sólo queda una mesa para tres y otra para dos. Como voy sola me siento en la de dos plazas y espero pacientemente a que llegue el camarero para hacer mi pedido y el de Mía. Ella no me perdonaría haber venido y no llevarle alguna de las delicias que aquí preparan. Cuando fui a avisarle de que me iba me informó que estaba en una reunión o algo así por una nueva campaña y el resultado de que ella esté ocupada es encontrarme sola aquí. No me molesta comer sola, nunca lo hizo, soy una persona que disfruta bastante de su soledad, eso no quiere decir que sea asocial, también me gustan las fiestas y salir a bailar. Pero siempre le he dado gran valor a estos momentos en los que puedo pensar y disfrutar de mí. Cuando el camarero llega pido una tapa de jamón serrano y un pulpo a la gallega acompañado de un vino blanco, para llevar ordeno un buen cocido madrileño, un salmorejo y como postre una crema catalana, creo que con eso Mía me va a perdonar el haber venido sola. Mientras llega mi pedido me distraigo viendo el paisaje de la terraza, la vista da a un jardín muy cuidado y lleno de flores.

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