Lavender

Está jodido

—Que bueno que Todoroki tiene más amigos —comentó Sero cuando el aludido se fue de la sala común para contestar una llamada.

El Bakusquas había prestado más atención al heterocromatico desde primer año, después de que se hicieron amigos con su líder.

—¿Será alguna persona que lo está cortejando? —lanzo Denki.

—¡Sería muy lindo! Quisiera que sea así.

—Callense, es muy temprano para que empiecen a joder —protestó recorgandose en el sofá.

—¿Qué pasa, Blasty? —comenzó Mina— ¿Te molesta la idea de Todoroki con pareja?

—¡Deja de decir estupideces!

—Tranquilo, hermano. Pero deberías hacer algo o te lo pueden ganar.

—¿¡Ah!? —pronuncio levantandose de una.

—Ya sabemos que te gusta Todoroki —canturreo el eléctrico.

—¡Eres idiota!

—¡Ya basta, Bakugo! En lugar de gritar deberías pensar cómo cortejarlo —aconsejo Ashido poniéndose a su lado.

Los otros también se unieron acorralando al cenizo para evitar que se vaya. Esta era la oportunidad que tenía para no quedarse solo, porque alguien como Todoroki era lo contrario a Katsuki, eran los complementos del otro.

—¡Quítense!

—Es un poco —comentó el pelinegro—, pero si Kirishima está cerca puede oler tus feromonas, y nos lo dijo; son agresivas cuando llaman a Todoroki.

Se suponía que había sido discreto con el tema, sí, porque desde hace mucho tiempo se había dado cuenta de sus sentimientos; otra cosa era que intentó engañar a sus emociones.

—¿De verdad te quedarás sin hacer nada? —indagó Denki.

[...]

—Hola.

—Déjame pasar.

No tuvo problemas en permitir que Bakugo entrara a su habitación, ya estaban acostumbrados.

—¿Estás ocupado el viernes en la tarde? —habló sin tomar asiento.

—No, ¿por qué?

No podía creer que le iba a pedir una cita, tampoco cómo fue capaz de hacer caso a sus amigos con todo este asunto. Solo porque Mina sabía buenos consejos en estas situaciones.

No pensó que se iba a preocupar por temas como esos, así que no le vio importancia investigar o tomar en cuenta las platicas que tenían algunos idiotas en su escuela media.

—Hay que salir, ese día a las cinco.

—Esta bien.

Eso había sido más rápido de lo que imaginó.

Su alfa estaba moviéndose de regocijo al escuchar la respuesta del bicolor. El omega estaba igual, sentía que pronto estaría con su alfa.

Porque Shoto sabía lo que sentía, hace apenas dos semanas que pudo descifrar esos sentimientos que surgían a causa del rubio explosivo.

—Bien, en el centro comercial-

Se interrumpió cuando al dirigirse a la salida volteó a verlo, notando la caja que estaba posada en el escritorio.