El universo es infinitamente enorme. Saber que vives en un pequeño punto dentro de este vasto universo lleno de tantos mundos puede ser existencial.
Jungkook es un chico de 23 años, recién graduado de la universidad. Vive solo en un apartamento, y de vez en cuando recibe visitas de sus amigos. Pasa el tiempo siendo un gran streamer, además de ser un otaku.
—¡Jungkook! ¿Estás en casa? —preguntó Hoseok, uno de sus amigos más cercanos.
Traía bolsas con despensa, se asomaba, pero no veía a nadie.
—Lo más seguro es que esté en su cuarto haciendo un stream —dijo un chico más alto y atractivo llamado Taehyung, pareja de Hoseok.
Ambos entraron y dejaron la despensa en la cocina para luego subir al cuarto de Jungkook, quien efectivamente estaba jugando videojuegos con los audífonos puestos, por lo que no escuchaba nada del exterior.
—¡Cúbreme! —decía a la persona con la que estaba jugando.
—¡Espera, amigo! —respondió Woo Jihoo, otro de sus amigos cercanos—. ¿Qué pasa, amor? ¡Yoongi, espera!
—¡Estoy como estúpido llamándote desde hace media hora para que bajes a comer!
Jungkook escuchaba el regaño de la pareja de su amigo y pensaba en la suerte que tenía por estar soltero, aunque al mismo tiempo sentía curiosidad por saber qué se sentiría tener a alguien.
—¡Jungkook! —gritó Hoseok, dándole un par de jalones para que por fin le prestara atención—. ¡Te estoy hablando!
—¡Ay, qué susto! ¿Cuándo llegaron?
—No tiene mucho —contestó Taehyung.
—Te trajimos despensa, está en la cocina. No olvides guardar todo.
—Sí, en un rato la guardo —dijo, parándose y masajeándose el cuello—. Me duele la espalda.
—También quería decirte que no estaremos por una semana. Iremos a Seúl a visitar a la abuela de Tae.
—Bien por ustedes. ¿Por qué me lo dicen?
—Porque eres como las mascotas: si no las alimentas, se mueren de hambre.
—Idiota —Jungkook le mostró el dedo de en medio—. De todos modos, todavía tengo a Jihoo y a Namjoon para hacer mis mandados. O puedo pedir por internet.
—Deberías salir más. Pareces un fantasma de lo pálido que estás. Mínimo ve a la playa para que el sol te queme un poco —comentó Taehyung, mientras volvía a jugar.
—Como sea, ya te avisamos. Desde mañana no estamos —Hoseok se despidió de Jungkook y tomó la mano de Taehyung para irse.
Desde afuera, Hoseok se notaba triste, y Taehyung lo notaba. A su novio le preocupaba bastante Jungkook, como si fuera su propio hermano.
—Se ve un poco mejor que antes —dijo Hoseok.
—Ya tiene un año desde que pasó eso...
—Me gustaría volver a ver a Jungkook alegre.
Un año atrás, cuando Jungkook estaba a pocas semanas de terminar su carrera universitaria, ocurrió un terrible accidente en el que sus padres murieron. Era hijo único y no tenía más familia por parte de ninguno de sus padres, quedando completamente solo. En su graduación, nadie lo acompañó, salvo sus pocos y verdaderos amigos.
Poco a poco fue cambiando. De ser un chico guapo, divertido y sonriente, pasó a ser alguien que se aisló del mundo, perdiéndose en su propio universo.
Jungkook revisaba la despensa que le habían traído y sonrió al ver un paquete de leche de banana. Tomó uno y volvió a su cuarto para retomar su juego.
Pasó un rato hasta que decidió dejar lo que hacía; quería alguna golosina. Era obvio que Hoseok no se las habría comprado. Aunque estaba en buena forma, Hoseok había puesto a dieta a todos, incluida la mascota de Taehyung, Yeontan. Jungkook suspiró, tomó un abrigo —ya que hacía frío— y por fin salió de su apartamento para ir a la tienda por sus preciados dulces.
Estaba tan encerrado que hasta se le hacía extraño ver a tantas personas. Apenas notó que ya era de noche y las estrellas comenzaban a salir. Veía pasar parejas que tímidamente se tomaban de la mano o se acurrucaban mientras caminaban.
Caminando se encontró con su amigo Namjoon, quien iba acompañado de otro chico. Apenas Jungkook lo vio, se puso nervioso: se trataba de Kim Seokjin, el chico que le gustó durante toda la universidad.
—¡Oh! ¿Jungkook? —preguntó Jin al verlo—. Hace mucho que no te veía.
Jungkook asintió, sonriéndole, mientras Namjoon parecía espantado y más aún cuando su amigo lo miró.
—Yo... eh... me lo encontré por casualidad y le dije que lo acompañaba para que no fuera solo —dijo, algo nervioso—. ¿Y tú qué haces? Casi no te veo salir.
—Voy a comprar dulces. ¿Vas a dejar a Jin? Bueno... pues, con cuidado —respondió Jungkook, comenzando a caminar, más que nada por lo rojo que tenía el rostro solo de mirar a Jin.
—Hasta luego, Cookie —dijo Jin con una sonrisa.
Compró sus frituras y no subió directamente a su apartamento, sino al techo del edificio. Le relajaba estar ahí, mirando las estrellas y constelaciones mientras disfrutaba de algún caramelo.
—Jin me dijo Cookie —Jungkook se emocionó, girando sobre su eje como si estuviera loco—. Yo, saliendo con Jin... —dijo para sí mismo, imaginando cómo sería, emocionándose más, hasta que se sentó a observar las estrellas, notando una estrella en movimiento—.
—¿Una estrella fugaz? Siempre escuché la frase "cuando veas una estrella fugaz, formula un deseo"... Qué tonto, las estrellas no cumplen deseos —se acostó y, por un segundo, su mente pensó en la pequeña posibilidad: "¿y si sí cumplieran deseos?" Casi en burla a lo que pensaba, se le ocurrió hablar con la estrella que se movía rápidamente—. Si cumplieras deseos, en este mismo instante deseo conocer al amor de mi vida.
Rió un poco por decir algo tan estúpido, hasta que notó que la estrella se acercaba peligrosamente. Al levantarse para alejarse, chocó con un chico y ambos cayeron al piso, recibiendo más daño Jungkook, ya que amortiguó la caída... ¡y se estaban besando!
El chico tenía el cabello rubio, se sobó la cabeza y comenzó a hablar en un idioma extraño e incomprensible para Jungkook, quien estaba espantado, adolorido y lleno de preguntas.
—¿Quién eres? ¿Cómo... cómo es que caíste así? ¡¿Estás loco?! O yo estaré loco, ya que es imposible que una per...
El chico lo miraba con extrañeza, parecía no entenderlo. Puso su dedo índice en los labios de Jungkook para callarlo y, de la nada, flotó, fue por una maleta de la cual sacó un libro y comenzó a leer, hablando en varios idiomas. Jungkook estaba aterrorizado, pero su cuerpo no reaccionaba para salir corriendo.
—Hola, ¿este es tu lenguaje? —preguntó el chico. Jungkook, sin entender mucho, asintió—. Mucho gusto, terrícola. Me llamo Jimin y vengo de la galaxia vecina llamada Serendipity para pasar vacaciones en la Tierra.
Jungkook por fin reaccionó y salió corriendo, gritando como loco.
—¡Mierda! —dijo, bajando varias escaleras hasta llegar a su apartamento, cerrando de un portazo y poniendo el seguro—. ¡¿Qué mierda fue todo eso?! ¡Estoy loco!
—Bonita vivienda, aunque muy apagada. ¿Cómo encienden la luz aquí?
Jungkook volteó aterrado y vio al chico a unos metros, con su maleta, observando todo con asombro. Jungkook cayó al suelo.
—¡¿C-cómo entraste?!
—Oh, la puerta pequeña estaba abierta —respondió señalando la ventana.
Era imposible que alguien normal pudiera entrar por la ventana, ya que era un edificio de ocho pisos y Jungkook vivía en el quinto. Justo cuando pensaba en eso, el chico se acercó flotando hasta quedar con sus rostros muy cerca. De ahí, Jungkook no supo más, ya que se había desmayado.

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✎୭·࣭࣪̇˖❝MY ALIEN BOY❞⭟
Fanfiction⸻⌔☐❜。۪۪۫۫↛Jungkook es un chico de 23 años que vive solo en un su apartamento, a pesar de tener un físico muy aceptable es muy reservado y de gustos por cosas que no aparenta siendo muy friki. Los contados amigos que tiene ya tienen su respectivas pa...