Capítulo 27 "Una gran profesora"
Eina de nuevo parecía cansada, su hermosa cabellera castaña estaba despeinada, en ese entonces, Eina había estado enseñándome por algunas semanas, su nerviosismo era claro, a veces se le caían los anteojos y se trababa con sus palabras.
"¿Y-y eso que fue?"
"Un abrazo, mi abuelo siempre me decía que los abrazos son la mejor forma de alegrar a una chica, también dijo en la cama, pero no entendí eso"
"Viejo verde..."
Eina acaricio mi cabeza y me sonrió, puede que sea joven, pero incluso yo sabía cuándo alguien mentía, esa sonrisa no era auténtica, sino falsa, entonces, me impuse una misión, el hacerla sonreír con sinceridad.
Puse todos mis esfuerzos en los estudios, dejando a un lado los videojuegos o cualquier cosa que me distrajese, en todo ese tiempo, le decía a Eina lo genial que era como maestra, sacando notas perfectas en los exámenes que ella hacía.
"Eres una gran maestra, Eina-sensei"
Lo logré, la misión que me impuse la había completado, a pesar de parecer cansada, sus labios se curvaron en una sonrisa, el libro de sus manos cayo y se durmió, había colapsado por la ausencia de sueño.
Para que durmiera más cómoda la cubrí con unas mantas y puse un cojín debajo de su cabeza para que durmiera plácidamente.
Estaba contento, Lo había logrado, mis esfuerzos dieron sus frutos y conseguí que Eina sonriera auténticamente, recuerdo haber seguido estudiando por mi cuenta, utilizando sus cuadernos como base.
Sin embargo, Eina se quebró....
Cuando abrió los ojos simplemente comenzó a llorar en silencio, cubriendo su boca con la palma de su mano para que no la escuchase, pero su plan fallo.
"¡E-Eina-sensei!, ¿Estas bien?, ¿Hice algo malo?, ¡Lo siento mucho!, pero no llore por favor"
Abrazándome se quedó unos minutos en silencio, sus ojos parecían muertos, su estado emocional estaba por no exagerar casi roto por completo, a pesar de hacer ruido, podía sentir la gota de agua caer de sus mejillas.
"Y-Yo, debería irme, no soy buena para ti, soy un asco como profesora, lo único que hago es llorar, y ahora me miras en este estado, que horror, soy tan patética, yo realmente soy una tonta al creer que todo saldría bien, creo que debería de hacer caso a mi familia e irme, abandonar mi patético sueño y hacer algo mejor..."
Las recuerdo perfectamente, palabras auto hirientes, la cual lo único que hacía era meterla aún más en el agujero que era su mente, ella me abrazo más fuerte, como si se estuviese disculpando, asumiendo la culpa.
"¡No te vayas!, no quiero que me dejes, si Eina se va porque hice algo mal, prometo que cambiare, ¡Yo quiero mucho a Eina!, ¡Si Eina esta triste quiero hacerla feliz!, ¡Pero si no estás conmigo, no sabre si estas triste para hacerte feliz!, Quédate conmigo, porque quiero hacer feliz a Eina, para siempre",
Sus ojos carentes de vida regresaron a su tonalidad esmeralda, sus mejillas estaban rojas, y sus labios se curvaron en una sonrisa, la cual paso a una pequeña risa, no de burla, si no de alegría.
"Sabes, si vas diciendo esas palabras a cualquier chica caerán ante ti, Bell-kun"
Su abrazo dejo de ser uno carente de emoción, a una de cariño y calidez, su mejilla se frotaba contra la mía, ella estaba sonriendo, su teléfono sonó, pero ella simplemente lo abrió y apago la llamada.
"Ahora debes de hacerte responsable de tus palabras, y hacerme feliz para siempre, ¿Oki?"
"Lo prometo..."
Los días posteriores, Eina creció, no de estatura sino como profesora, su nerviosismo cambio y se volvió una voz tranquila como confiada, sus ojeras habían desaparecido y su cabello estaba peinado, se veía más tranquila, sus ojos los cuales parecían cansado pasaron a unos relajados.
"¿Me estas prestando atención?"
Eina me miro con un puchero, la imagen de la Eina de hace varios años desapareció y ahora estaba la Eina actual, me rasqué la cabeza como forma de disculpa, y le seguí prestando atención.
Haruhime la cual había estado junto a mí me miro extrañada, seguramente mis emociones salieron a flote mientras recordaba estos recuerdos, suspire, para escribir en mi cuaderno lo que Eina dictaba.
Eina también me apoyo mucho cuando mi abuelo murió, se quedo a dormir conmigo, y siempre que podía estaba conmigo, ella nunca se aprovecho de mi tristeza para usarme, lo contrario, me apoyo incondicionalmente, incluso se había ofrecido a enseñarme gratis, pero me negué, no quería abusar de su amabilidad
Ahora debes de hacerte responsable de tus palabras y hacerme feliz para siempre, ¿oki?
Sin duda alguna, Eina es una gran profesora, no, siempre lo ha sido y será la mejor profesora que pude tener.
Finn del capítulo 27
ESTÁS LEYENDO
~/Bell y sus Sirvientas/~
FanficPequeñas historias de bell y sus sirvientas. (Y amigos)