Maki Zen'in

一年生 - primer año (5)

Nuevamente el cielo azulado se mantenía frente a tus ojos, la calma apoderándose del lugar si no fuera por los quejidos que tus compañeros entrenando emitían por lo bajo, aunque pronto perturbándose completamente.

— ¡Y ahí están mis chicas favoritas!

La animada voz de Gojo resonó en el lugar, Maki y tú volvieron su mirada hacia él, viendo como aquel peliblanco se les acercaba alegremente.

Ambas estaban tiradas sobre el pasto como siempre solían hacerlo, mirando a Panda entrenar con Yuta en la cercanía. En los últimos días ustedes dos habían estado ligeramente extrañas con la otra, como si estuvieran prestándose más atención de manera ajena; Maki lo notó antes de que tú lo hicieras, pero aquellos gestos no habían sido señalados por ninguna de las dos, tratando de dejarlos pasar desapercibidos aunque fuese todo lo contrario.

También cabe decir que recientemente habías cumplido una misión asignada por Satoru específicamente junto a ella, y lo más probable era que el sensei venía a ustedes por ello.

— Así que, Ijichi me contó acerca de su éxito en la misión de hace un par de días con lujo de detalles — exaltó con emoción el superior — ¡ustedes son tan increíbles! ¡no cualquiera de primer año exorciza a una maldición de segundo grado!

Tarareaste, sin prestarle mucha atención a sus palabras en realidad.

— ¿O quizá se deba a sus clanes? — preguntó dudoso mientras se llevaba una mano al mentón para luego volver a exaltarse — ¡a quién le importa! ¡gran trabajo, chicas!

Maki suspiró mientras acomodaba su tira de madera sobre sus hombros y asentía sin importancia a los halagos.

— ¡Bien! — se despidió para continuar atormentando a cualquiera que se le atravesara en el camino.

Reíste suavemente ante la divertida actitud del profesor, de reojo notaste como Maki te miraba fijamente así que te giraste hacia ella sonriéndole un poco.

La de cabellos verdes oscuros parecía que se había quedado absorta al escuchar aquella dulce risa salir de tus labios y también lucía perdida apreciando las facciones de tu rostro, tú no lograste evitar sentirte nerviosa al verla mirarte con tanto detenimiento.

Hasta este punto a Maki no le preocupaba admitir sus sentimientos por ti, sobre todo ahora que era consciente sobre lo correspondidos que eran. De hecho, incluso — en un débil y avergonzado intento — se los hizo saber a Panda, éste simplemente respondiéndole lo mismo que a ti, sonando divertido porque él pensaba que había sido bastante claro de parte de las dos y le parecía inútil que evitaran hablar de ello.

La verdad siendo que, apesar del cáracter de Maki y el no saber lo que ella estaba pensando, sólo queriendo estar en sus brazos si era posible.

— Maki — llamaste tranquilamente, haciendo tu mayor esfuerzo por ignorar el caos dentro de ti y tu corazón latiendo fuertemente —, creo que estoy enamorada de ti.

¿Lo escuchaste bien?

Ahora mismo no tenías idea de como las palabras habían salido con tanta fluidez de tu boca, tú misma deteniéndote de tus pensamientos y manteniendo una suave mirada a la chica frente a ti, sin poder leer cuál era la expresión en su rostro exactamente, sólo prestándole atención a la ligera brisa del aire que chocaba en su rostro tal y como lo hacía en el tuyo.

Maki permanecía inmóvil, prácticamente hace unos segundos su cabeza rondaba todo acerca de ti y al siguiente debía darse cuenta de cómo estabas confesándote con tanta calma.

Pronto ella rió delicadamente, esa acción haciéndola mirarte abrir los ojos de par en par y notar tus mejillas siendo teñidas de rojo.

Ella tarareó. — También lo estoy de ti.

En ese instante ella viendo tus ojos brillar mientras le esbozabas una pequeña sonrisa cómplice.

Aunque ahora tú también sabías que la Zen'in correspondía tus sentimientos y te morías de felicidad, podía decirse que la idea en tu mente no se plasmaba en lo absoluto en tu cabeza.

No era ninguna mentira de cómo era catalogada Maki por la mayoría: tenía un mal genio y daba bastante miedo. Aunque en realidad tú nunca obtuviste de ella ese lado del que tanto hablaban los demás, cuando se conocieron probablemente sólo era directa y solías verla explotar contra tus compañeros, fuera de eso ella era amable contigo — qué fue lo que permitió que ambas amistaran al poco tiempo —,y ahora finalmente podrías verla siempre con una suave sonrisa en su rostro y sus ojos mirándote de manera divertida.

— El clima por la tarde será agradable, ¿nosotras deberíamos tener una cita? — te preguntó con el tono más apacible que nunca habías escuchado salir de su voz.

Por supuesto que ella te gustaba, tan sólo el oírla o mirarla hacer cualquier cosa era un espéctaculo que te hacía sentir nerviosa, ¿cómo habías caído tan rápido a sus encantos?

— Estaría encantada de tenerla, Maki — respondiste, nuevamente una dulce risa salir de tus labios.

O quizá debería de decirse, ¿cómo ella había caído tan rápidamente a tus encantos?

Maki no tenía ningún tipo de experiencia en situaciones románticas como estas y no sabía que tú tampoco la tenías, pero justo ahora, bajo ese semblante calmado, ella estaba repitiéndose internamente lo jodida que estaba por ti.

Después de tanto, ambas al fin tendrían una cita, ella estaba contenta por ello y lo admitiría sin problemas si fuese necesario.