Las frondosas copas verdes de los árboles que podías ver por encima de ti te habían parecido espectaculares. Siempre perdiéndote en las vistas de los alrededores del instituto cuando las cálidas ráfagas de aire acariciaban delicadamente el cabello detrás de tus orejas.
Habían pasado los días desde el pequeño incidente, eran alrededor de las doce del día.
Una sonrisa permanecía en tu rostro al pronto mirar a cierto par enfrente tuyo jugar entre ellos mientras hacían el camino de vuelta a las habitaciones luego de una rutina habitual de entrenamiento.
En el sitio, habitaba un cómodo silencio que se mezclaba con el cantar de los aves hasta que finalmente Panda dejó de perseguir a Toge y habló, captando tu atención.
— ¿Y los de primero? — cuestionó, mirando en la cercanía sólo para encontrar la ausencia de éstos.
— Haciendo un recado — escuchaste a Maki decir con simpleza a lado tuyo, sosteniendo una de tus manos entre la suya.
— ¿Estarán bien? — Panda volvió a preguntar junto al de cabello platinado que emitió un sonido.
— No son unos idiotas, pueden encargarse de un recado — respondió tu novia, haciéndote arquear una ceja.
— No me refería a eso, es hoy, ¿no? — insistió el animal —. Vendrá el director de Kioto.
Tu expresión cayó en evidente confusión. — ¿El director Yoshinobu?
— Salmón.
Antes de que pudieras preguntar la razón, Panda continuó. — Vendrá para repasar el asunto del evento de intercambio — dijo sin importancia —, pero podría ocasionarse un alboroto si el anciano se encontrara con Gojō-sensei.
Tarareaste, negándolo y restándole preocupación. — No, los superiores deben mantener una apariencia.
— Salmón — confirmó el de cabello platinado.
— Pero los alumnos no — agregó Maki, deteniéndose un segundo ante sus propias palabras —, ¿intentas decir que vendrá Mai?
Entonces congelándote en tu sitio, en tu mente reproduciéndose que definitivamente este no era el día de enfrentarse a la hermana de tu novia — la cual no tenía ni un ápice de idea de tu relación con ella—, por lo que dedicándole una mirada incrédula a Panda ante sus pensamientos del día.
— Sólo es una suposición, los alumnos no hacen falta en la reunión, pero aún así... — respondió Panda interrogativo —, les encanta meterse con nosotros, ¿cierto?
Tu novia sonrió divertida. — Mi chica es especial para ellos, no deberías preocuparte por lo que intenten hacer, ¿verdad, cariño?
En cualquier otra ocasión te hubieses derretido de amor al escuchar a Maki llamarte su chica — algo totalmente nuevo e inusual que hizo que a Panda se le cuadrara un ojo —, y quizá en alguna otra también te hubiese gustado creerle aquello.
Sin embargo, aquí estabas.
Aquella chica de cabello corto verdoso que conocías muy bien te miraba con un destello perceptible de diversión en sus profundos orbes que se mantenían fijos en ti.
— ____, cuánto tiempo.
Claramente nerviosa, preguntándote si inconscientemente se refiere a cuánto te queda de vida antes de que conozca la realidad entre Maki y tú.
Mai siempre fue bastante escéptica respecto a ella, cuando cursabas el primer año en el instituto de Kioto lo notaste. Y tiempo después, cuando tu novia te habló personalmente acerca de ello no hiciste más que entenderlo.
En cambio por tu lado, tenías una conexión con ambas.
Mai era tu amiga cercana, y a pesar de ello en todo este tiempo, no reuniste el valor suficiente de hablarle acerca de tus sentimientos hacia la mayor de las Zen'in. No ibas a mentir no admitiendo que estabas terriblemente asustada, si algo conocías bien era que esto no le iba a gustar en lo absoluto.
Antes de que pudieses pronunciar palabra alguna, Maki se adelantó. — Mai, ¿qué estás haciéndole a Nobara? — dijo, sosteniendo su tira de madera contra su hermana para apartar el arma que tenía en manos.
Porque claro, para esto Kugisaki yacía en el suelo totalmente abatida luego de un pequeño enfrentamiento con Mai aparentemente minutos atrás.
— Vaya, eres tan insignificante que no noté tu existencia, Maki — respondió la menor de las Zen'in, mirando a su hermana.
El semblante de tu novia apenas se inmutó, respondiéndole en un inexpresivo tono. — Eres igual de insignificante como yo.
Mai rió, continuando su charla antes de ser interrumpida por su propia hermana.
— Nobara, ¿puedes pararte? — preguntó, pero la nombrada parecía estar cerca de la inconsciencia.
— Yo la ayudo — ofreciste, tratando de evitar que se siguiese formando aquel tenso ambiente en el aire.
— Ah ah, dudo que pueda levantarse— negó Mai, mirándote desafiante — pero debo preguntar, ¿acaso esa castaña de allí es tu novia, ____? Escuché que salías con alguien.
Permaneciste quieta luego de ello. No llamándote la atención su vaga pregunta, si no la afirmación que hizo al respecto. Pronto Mai guiñándote un ojo de una manera qué no sabías describir mientras te sentías palidecer, lo que la hizo reír animadamente, intrigada con tu reacción.
— ¿Di en el clavo, corazón? — siguió hablando con un tono de diversión —, a Miwa le encantará saberlo. Como sea, le hice bastante daño y—...
Maki se aclaró la garganta con molestia, un semblante serio, claramente fastidiada y, extrañamente, celosa de los apodos que salían de la boca de su hermana.
Entonces empujando su tira de madera hacia la de cabello corto, interrumpiéndola abruptamente. — Ella es mi novia, Mai.
— ¿Quién? ¿La debilucha del suelo?
— ____, imbécil.
Juraste que el aliento se le escapó a Mai por un segundo, y ciertamente tú también haciéndolo.
Su expresión divertida y vacilante esfumándose en el momento exacto en que te miró, tus mejillas totalmente encendidas en un profundo color rojo y pareciendo intentar desaparecer de la faz de la tierra en ese preciso instante haciéndola darse cuenta de que aquello no era una jodida broma.
Un ceño fruncido, su rostro visiblemente disgustado y con expresiones altaneras y vulgares, espetando. — ¿Qué cosa tan repugnante estás diciendo?
Fue lo último que habló antes de ser emboscada por Nobara que recién se recomponía, en un hábil movimiento que la castaña tomó como distracción.
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Maki Zen'in
De Todo"Te quiero, Maki. Aún si eso implica qué yo deba dejar la familia Kamo por la Zen'in". Ella te miraba, un brillo reflejado en sus ojos junto a esa cálida sensación que te hacía florecer. Maki Zen'in (禪院真希, Zen'in Maki) y lectora.