Maki Zen'in

一年生 - primer año (7)

El verano se acercó y con ello el fin de tu primer año en el colegio de chamanes también.

No podías evitar pensar en todo lo sucedido durante el trayecto hasta ahora, desde tu comienzo en el instituto de Kioto donde progresaste parte de tus habilidades bajo la asesoría de Utahime Iori y entablaste amistades con Miwa, Aoi y Mai; hasta los continuos problemas con el clan desde que te moviste al instituto de Tokio y te posicionaste como chamán de cuasi-primer grado, además de finalizar siendo la novia de Maki.

Como se mencionó con anterioridad, realizaste tu corto viaje de vuelta a tu ciudad natal una vez terminado el curso, en aquel par de semanas te reuniste nuevamente con Iori por asuntos de tu posicionamiento con Satoru y también cumpliste en ver a Noritoshi.

El encuentro con él había sido tranquilo, contrariamente a lo que creías, se ofreció a acompañarte a la residencia familiar y en el transcurso tranquilamente conversó en preguntarte cómo te había estado yendo hasta ahora, felizmente le respondiste lo más destacable — evitando a toca costa mencionar a Maki —, luego de ello entabló advertencias usuales de hermano mayor en las que demostraba que se preocupaba por ti.

Por otro lado, intentaste pensar que tus propios asuntos con la familia podrían encontrarse en un mejor estado, un grave error.

En tu paso por allí, aquel hombre líder del clan posicionó inútiles tus avances como chamán, juzgándote por permitir apoyo del clan Gojō y abandonar Kioto y, por si fuera poco, espetó sombrías palabras acerca de haber escuchado que mantenías un posible vínculo con una Zen'in.

Ante eso, lo único que lograste fue permanecer inmóvil y mantener la boca cerrada. Era completamente posible que de ahora en adelante los problemas familiares azotarían con más fuerza.

Fuera de ello, en tu visita a Kioto también te reencontraste con tus antiguos compañeros y amigos, en especial la simpática chica de cabello azul y la hermana de tu novia, y poniéndose al día, esa vez también te volviste cercana a Momo y a Mechamaru, que ahora parecían ser más unidos a las primeras.

Bajo ningún término hiciste mención de tu relación con Maki — aunque te morías por contárselo a Miwa —, en todo caso sabías que era una muy mala idea (temporalmente hablando) debido al pésimo vínculo familiar que Mai y Maki sostenían hasta entonces. Por su parte sumándole al hecho que no lograbas encontrar las palabras correctas para decirle siquiera a la menor de los Zen'in que salías con su hermana, probablemente en el mejor de los casos ella se molestaría lo suficiente contigo y haría malas bromas sobre ello.

En cambio con Todou la pasaste muy bien, era un hombre fastidioso y tenuamente insoportable, sin embargo a ti te parecía agradable, por lo que pasaron el tiempo juntos de vez en cuando; luego especialmente notando que él coqueteaba contigo sólo porque Mai lo mencionó, pareciéndote simplemente una vaga idea.

Una vez estabas a punto de dejar Kioto para volver a Tokio, el propio director del instituto del último mencionado, Masamichi Yaga, te asignó un par de encargos en el lugar junto a Yuta debido al grado de chamán al que eras acreedora, esa siendo la última vez que le verías hasta entonces, debido a que él seguiría en el camino y partiría al extranjero.

Luego de eso, había llegado el día en que estabas de vuelta en el colegio técnico de Tokio, durante la mañana te habías sentido demasiado ansiosa por volver a ver a Toge y a Panda y finalmente estar en los brazos de tu novia.

Por la tarde cuando llegaste al destino, te tomaste un largo segundo para apreciar el cambio de apariencia en Maki, ella lucía radiante, sus anteriores gafas se habían roto debido a alguna clase de incidente en el momento en que estuviste fuera — del que luego te contó —, por lo que ahora eran diferentes, la coleta en su cabello permanecía pero su flequillo no estaba a un costado, ahora era recto; además de que su postura era más relajada y su semblante era más simpático con su entorno.

Tú tampoco te habías quedado atrás si hacías un recuento desde que la conociste. Todavía conservabas tu claro castaño cabello que apenas y bajaba de tus hombros, tu estatura seguía siendo la misma y Maki te sobrepasaba por ella, aunque tu delgada figura se había vuelto delicadamente más pronunciada y mantenías esa manera suave y amable de ser que a Maki tanto le gustaba.

En sí, tu romance con ella fue creciendo durante ese tiempo, podía decirse que ambas tenían una relación estable luego de los cuántos meses.

Tanto ella como tú mantenían su cariño y confianza plenos, se querían mucho y eso solía verse, aunque dejando en pie ese bajo perfil ante los demás, excluyendo a los chicos que ya lo sabían y también siendo específicas con Satoru, que claramente parecía divertirse aún incrédulo con ustedes por ello.

Por ahora todo parecía estar bien y quizá, así se mantendría por un tiempo.