Por Donde Pasas tú, pasa el fuego. | Chandler Riggs | SIN TERMINAR

Capítulo 5: "Ella es, hermanito..."

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 — ¿Por qué te fuiste así?— me preguntó

 — No, por nada. Sólo necesitaba tomar un poco aire— le dije. Me miró fijo a los ojos. Sus ojos eran más oscuros y llamativos que horas atrás, definitivamente lo eran.

 Se posó al lado de mí, y como si el tiempo fuese eterno, nos perdimos en el azul marino del cielo, donde, apenas visibles se veían las estrellas, pero era sumamente hermoso. Mientras yo fumaba libremente, había momento en los que Chandler me pedía que le prestara mi aparato.

     Luego de estar unos minutos que parecieron horas, y ya el líquido del aparato estaba a punto de agotarse, Chandler se me quedó mirando de una manera tan... ¿delicada?, la verdad es que no sé si me explico. Es como si mirándome me hiciese daño, así era, me miraba detalladamente, y, además, contemplaba como exhalaba el humo que botaba de mi boca.

 Y eso me ponía nerviosa.

 Luego de unos minutos donde un silencio sumamente agradable reinaba, una pregunta de él me tomó realmente de imprevisto.

 — ¿Has bailado alguna vez con el Diablo a la pálida luz de la luna?— me preguntó. Mi corazón se aceleró a causa de su ronca y delicada voz, y como se acercaba a mi lentamente. Jo-der.

 Con sólo escuchar su voz me mojaba.

 — No— le dije despacio.

     Se inclinó hacia adelante y besó la punta de mi nariz suavemente. Cerré los ojos ante el dulce contacto. Luego bajó más su rostro y acaricio su nariz con la mía. Abrí mis ojos lentamente para encontrarme con los suyos muy cerca de los míos. ¡Oh Dios mío!, su boca estaba a dos centímetros de la mía. Mi respiración se agitó ante esa escena. Se quedó ahí quieto, mirándome fijo. Su nariz contra la mía. Su respiración pesada caía sobre mis labios.

— ¿Bailas conmigo?— me preguntó buscando algo más a través de mis ojos, algo más que mi iris, mi pupila, mi retina... sentía que su mirada succionaba mi alma ante su poderosa presencia, su jodida y excitante presencia.

 — No hay música— dije tratando de mantenerme de pie. Su mirada me estaba ahogando.

 — Eso no es problema— me dijo.

Luego de esa corta frase, colocó sus manos en mi cintura. Desde lejos una suave melodía empezó a llegar a mis oídos. Pronto el lugar se llenó de música. Me acercó más a él. Colgué mis dos brazos en su cuello de manera que mis manos alcanzaran su nuca para jugar con los cabellos del mismo. Comenzamos a bailar. Su mirada estaba fija en la mía. Mis pies se movían al ritmo de los suyos.

— Eres tan hermosa— me susurró al oído. Mordí mi labio inferior.

— ¿Por qué me haces esto? — le pregunté invadida por las ganas de besarlo.

— Juro que no es mi intención…— dijo.

Apoyé mi cabeza sobre la parte posterior de su hombro. Suavemente se escuchaba el latir de su corazón. ¿El Diablo tiene corazón?, al parecer sí. Dejé que la música, y el momento me llenaran por completa. Les juro que podría pasarme horas así con él. Cerré los ojos y deje que mis pies se movieran casi solos.

P.O.V Chandler (Point of View Chandler-Punto de vista de Chandler)

Se quedó dormida luego de unos largos minutos en que acariciaba su pelo con mucha delicadeza Y cerraba mis ojos para disfrutar un momento que quizá jamás vuelva a ocurrir. Sin ningún problema la alcé en brazos y bajamos hasta su departamento. Esta situación ya me estaba cansando. ¿Qué voy a hacer con esto?, yo soy el Diablo, tampoco puedo seguir así, es decir… dejémoslo así. Entramos a la habitación y suavemente la apoyé en la cama.