Capítulo 7: "Tú"

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PENÚLTIMO CAPÍTULO.

No habrá segunda temporada.

Capítulo doble.


No pude seguir mis pasos, ya que la pared me lo impidió.

Típico.

El aire a mí alrededor se puso denso. Estaba tan cerca de su ahogadora presencia. Él podía hacerme daño sin ningún problema, ¿Qué iba a hacerme?, ¿Qué era lo que estaba pensando?.¡Oh, por Dios! 


Coloco sus brazos a mis costados, impidiendo mi escape. Lo miré fijo a los ojos. Era tan poderoso y fuerte. De verdad podía lastimarme.

—¿Qué... que sucede?— le pregunte apenas

Tardó en contestarme, como si estuviese pensando en lo que iba a decir.

—Debo irme— dijo con un tono ronco y grave, muy excitante, pero eso no le quitó la seriedad con la que me lo decía

Y en ese momento pensé: ¿Irte?, ¡Oh Dios no!.

—¿Qué?— dije sin poder creerlo. 

Y nunca me arrepentí tanto en decir algo indebido.

Éste se me quedó mirando fijamente como queriéndome decir que no debí de haber dicho eso.

   De repente, en un movimiento ágilmente rápido, se acercó a mi cuello y lo mordió de una manera brusca. Yo solté un grito y lo abracé por la espalda pellíscandolo con la misma presión que él hacía en mi cuello.

— Duele... ay... para, para...— chillé y éste no lo hacía

Me agarró fuertemente de la cintura, y pegó su sexo con el mío.

Ay joder, su bulto es tan... maldición.

Y no sé si gemí por dolor, o por excitación.

Éste gruñó por el contacto, acariciaba mi cintura lentamente.

Y yo me moví debajo de él para que el contacto fuera más placentero, pero no sé en verdad porqué lo hice, quizá porque me dejé llevar.

Y éste gruñó de nuevo y me agarró más fuerte de la cintura.

Y de pronto me imaginé, cómo sería tener sexo con él, y me excité más.

Poco a poco fue bajando la presión y yo poco a poco lo dejaba de pelliscar.

Y cuando creí que pararía, me empezó a chupar el cuello

— Ahh...— gemí

Nunca en mi puta vida, creí que existían hombres imposiblemente tan excitantes como él.

Esto me dejaría un chupetón que se quitaría en siglos.

—Chandler, dios... —gemí, su sexo aún seguía en el mío—juro que no lo volveré a decir... por favor—lo dije en un gemido; quería que parara, porque terminaría de excitarme de tal manera que lo violaría, pero sabia que él no podía tener relaciones sexuales, por eso me estaba haciendo esto, era un castigo, y me lo daba en mi punto más débil

 Y me soltó.

Gracias a Dios, joder.

Sin separarse mucho de mí— ni de mi sexo, lo cual me volvía loca—, me miró a los ojos, y tenía los ojos negros, increíblemente negros, eran tan profundos que daba miedo.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2015 ⏰

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Por Donde Pasas tú, pasa el fuego. | Chandler Riggs |    SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora