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Capítulo 1

El apartamento de Kara antes era un lugar espacioso. Podías moverte con facilidad cómo ir de un lado a otro sin tropezar ni dar pequeños saltos. Incluso podías echarte en el sofá y estirar las piernas sin problemas. Era normal, formaban una pequeña familia. Pero ahora, después de tanto tiempo y cumplir con éxito su sacrificio, de detener a Lex y arreglar todos los asuntos importantes, y de entablar relaciones y arreglar otras, esa familia creció.

Antes, El Mayarah, solo se componía por Alex y J'onn, quienes fueron (y siguen siendo) los pilares más importantes de la vida de Kara; los primeros que estuvieron ahí desde que ella se convirtió en la gran heroína de National City, en el símbolo de la esperanza: en Supergirl.

Y ahora tenía a otras personas que la apoyaban y sustentaban, formándose varios pilares alrededor de su vida conforme pasaba el tiempo y que ayudaron incluso cuando la heroína no podía dar más de sí o cubrían a Kara Danvers cuando desaparecía de su trabajo como reportera. Sabía que, desde entonces con sus superfriends, eran más fuertes juntos.

Por eso hoy no era una noche cualquiera.

Hoy Kara reunió a todos para celebrar una noche especial de juegos. Ella quería ver con sus propios ojos a todos a los que admira y quiere. A todos los viejos amigos que han pasado por su vida y han seguido ahí a pie de cañón. A todos con los que ha tenido altibajos y que aun así siguen aquí con ella. Y aquellos que son nuevos compañeros de vida.

El apartamento de Kara ahora era un lugar diminuto. Para moverse tenían que avisar antes para que no hubiera ningún accidente. Los que se encontraban en el sofá, J'onn, M'gann y Kelly, estaban comentando anécdotas y riendo con una copa de tinto. Los que se encontraban en las sillas, William, Andrea y Nia, estaban picoteando varios snacks en sus boles y bebiendo vino blanco. Aunque más bien estaban apostando por quien ganaría entre Alex, Kara y Brainy que estaban en el suelo arrimados a la mesa jugando al Jenga.

—¡Brainy! ¡Que no hagas trampas! —gruñó Kara por segunda vez dándole un manotazo en su muñeca.

—¡No lo hago! —se quejó el coluan acariciando su mano.

—En realidad sí que lo haces —apoyó Alex volviendo a poner la pieza en su sitio que había movido Brainy con sus dos pulgares.

—Las reglas dicen que solo tienes que utilizar una mano y tú estás utilizando ambas —asistió Nia como defensora espectadora y su novio achinó los ojos.

—Este juego no tiene sentido —se quejó mirando a las chicas—. Es imposible hacerlo con una sola mano —señaló a la torre demasiado descompuesta a su imagen original—. Se caería si lo hiciera.

—¡Esa es la gracia! —gritaron las tres al unísono.

—El objetivo no está en hacer la Torre lo más alta posible, sino que... —intentó Kara explicar.

—Por eso es mejor jugar a las cartas —razonó el coluan con una sonrisa, pero solo consiguió la mirada fulminante de la kryptoniana por haber interrumpido su explicación.

—Tranquilo, Brainy. Yo tampoco lo entendía. Incluso impedí que la torre cayera que es peor —apoyó William echándose a reír.

—Y yo siempre cogía las piezas de arriba —añadió Andrea brindando con el reportero.

—¿Ves? Las cartas son más simples —comentó Brainy señalando a los dos que básicamente le dio la razón. O él lo entendió así.

—Y seguirías haciendo trampas —habló Nia por todos, sabiendo que su novio haría cualquier cosa para ganar, aunque sea entretenerse en memorizar los movimientos. Todos se echaron a reír.