Capítulo 5

11.1K 919 271
                                    

La pregunta estaba dándole vueltas a la cabeza que su cerebro casi sufre un cortocircuito.

—¿Qué...? —logró decir Lena apenas inaudible, sintiendo que la voz no podía salir de su garganta ante la inesperada pregunta.

—Te escuché hace varias semanas. Con Andrea —se sinceró Kara haciendo que la pelinegra se congelase en el lugar.

Esas palabras hicieron que su pregunta ahora cobrase sentido. Concluyó que la kryptoniana lo supo desde el principio, que se había dado cuenta de todo lo que estaba sucediendo. Para Lena no era una oferta inesperada ni mucho menos, sino que lo captó como una especie de duda que tenía la rubia, un interrogante. La CEO aseguró de que la periodista no había parado de preguntarse durante estas últimas semanas que era lo que estaba pasando y más si añadimos la conversación que tuvo con su mejor amiga.

—Kara, yo... —tartamudeó Lena dirigiéndose a ella casi ahogada queriéndose excusar, pero la kryptoniana la ignoró y comenzó su explicación.

—Después de interrumpir la charla con Andrea pensé que todo estaba bien, que fue el momento y ya está. Lo entendí perfectamente, de verdad, y lo dejé pasar porque supuse que era lo que querías y más cuando no lo hablaste conmigo. Me tranquilicé cuando tú actuabas como siempre como yo lo hacía. Es cierto que desde entonces me di cuenta de que tu corazón latía más rápido en todos los sentidos, suspirabas cuando me acercaba, tenías escalofríos cuando te tocaba y desprendías mucho calor que tus mejillas te delataban... Pero no me centré mucho en eso porque pensé que era por el embarazo y tú misma me pedías perdón por tus cambios de humor —se recostó en el sofá y Lena agachó la cabeza, un poco avergonzada—. Sin embargo, estos últimos días, sobre todo hoy, me has evitado un poco, te has separado de mí y...

—Espera, puedo explicarlo... —intentó la pelinegra de nuevo sabiendo que llegaría a este punto, girándose y entrando en pánico al escuchar esas palabras, pero Kara se giró a la vez para poner su mano en el muslo.

—No, está bien —tranquilizó la rubia en voz baja, acariciando la tela del chándal de manera reconfortante—. Sé que no lo hacías porque estabas mal o te había pasado algo como si yo te hubiera molestado o algo así. Ahora sé que no. Ahora sé que lo haces porque te sigo provocando sin querer, ¿verdad? —preguntó suavemente y la CEO, sin poder ocultarlo más, asintió lentamente mientras apartaba la mirada hacia su regazo fijándose en la mano de Kara—. Quizá entienda un poco porque no quisiste hablarlo, pero Lena —llamó su atención—, deberías saber que no has sido la única. Si no hubieras pensado tanto te habrías dado cuenta de que yo también he estado suspirando por ti —confesó soltando una pequeña risa, recuperando su mano para peinar su cabello dorado.

Lena se dio cuenta en ese momento que cuando no estaba con la periodista Kara Danvers reajustándose las gafas, estaba Kara Zor-El, alias Supergirl, peinándose el pelo con sus manos para ocultar su nerviosismo. Y ahora estaba totalmente confundida que iba a sufrir un paro cardiaco de un momento a otro al repetir su frase en su cabeza. Entonces, pensándolo bien y uniendo los hilos, volviendo a la primera pregunta de la noche y con esto...

—¿Qué? —preguntó la pelinegra volviendo a mirarla, abriendo los ojos de par en par—. Entonces tú... Conmigo... Pero... ¿Cuándo...? —balbuceó y tartamudeó sin poder terminar las frases y las preguntas y Kara volvió a peinarse el cabello.

—Vamos... —la kryptoniana se encogió de hombros—. Hemos estado meses en la misma oficina, en el mismo sofá y en la misma cama. Aunque no sea a todas horas, nos vemos prácticamente todos los días y hemos estado más cerca estos últimos meses. Eres una mujer atractiva, Lena. Todos lo saben y cualquiera se volvería loca contigo. Estoy hecha de acero, pero me vuelvo blanda cuando me tocas —se sinceró rascándose las mejillas, sintiendo como el rubor crecía y la pelinegra la miró más sorprendida—. Quiero decir... lo que dijo Andrea tiene sentido —carraspeó un poco, retomando el punto—. Tú y yo necesitamos ese calor corporal de otra persona, pero como no estamos interesadas en nadie y no lo hemos buscado, no hemos podido evitar sentirnos así con algún toqueteo tonto entre nosotras —se mordió el labio cuando vio que Lena todavía estaba alucinando con la boca ligeramente abierta—. Y también pensé eso que dijo que nosotras... podríamos manejarlo si quisiéramos. Nos conocemos desde hace mucho y si hacemos esto y no funciona, sabremos frenarlo y seguiremos igual que siempre porque ya lo hemos demostrado estos últimos meses, ¿no? Por eso te lo he preguntado.

Always  | Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora