dieciséis

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Era la revelación de los sexos de los cachorros, realmente podían haberlo sabido muchos meses antes pero los dos pequeños fueron muy estratégicos para taparse el uno al otro, tanto así que hasta ese día estaban bien colocados como para verles. TaeHyung dijo querer dos niñas, JungKook en cambio dos niños. YoonGi apostó tres kilos de mandarinas con Jimin a que serían un niño y una niña, y JiMin se decantó por apostar a que serían dos niñas.

Pero antes que nada, debían ir al hospital y para ello debían sacar al bello durmiente de su nido, eso del sueño le había hecho mucho efecto al pobre Omega. Tenía el cuerpo adolorido de estar acostado, sus músculos eran masitas suaves. JungKook había entendido la mecánica de la fase así que por las mañanas le ayudaba a levantarse por su enorme vientre y lo pesado que éste era, desayunaban y bajo la atenta mirada del Alfa salían del departamento.

Un poco con esa rutina en los últimos días fue suficiente, mas sin embargo tres días después la rutina fue rota por ambos. El Omega ya se negaba a levantarse quejándose del peso y del dolor, JungKook entonces se asesoró con la matrona para informarle de lo que pasaba, ésta le dijo que no hacía falta caminar más y que era preferible que hiciera reposo.

—¿M-Me das tu chaqueta? Hace... hace frío... -Escuchó los murmullos suaves del bajito, acatando la petición retiró su chaqueta para pasarla por sus hombros, abrazándolo en el proceso- Gracias, Kookie...

Con el menor en su pecho tomándole de dónde podía, JungKook acarició sus cabellos revueltos con delicadeza, dejando castos besitos de vez en cuando mientras esperaban en la sala de recepción. Varias Omegas y pocos Omegas estaban en la fila para la misma cita, pero no todos iban acompañados de sus parejas o de alguien, unos simplemente iban cabizbajos escondiendo su vientre con grandes abrigos.

El Alfa jamás pensó que la imagen de tantos chicos abandonados le iba a afectar tanto, con más razones sostuvo a su pareja, suspirando profundo ante la presencia de aquellos que les veían sin disimulo.

Era algo difícil comprender cómo saldrían adelante solos sin ayuda de su Alfa o al menos de alguien cercano, si su Omega necesitó tanto de él para tareas sencillas, para cuidados, vigilancia e incluso se atrevía a decir que los mimos eran necesarios en el embarazo, para que el Omega se sintiera bien en su compañía y disfrutara de los besos y caricias.

—Te amo mucho, lobito mío... -Murmuró apretujando al castañito. Era extraño para él pensar en una realidad diferente a la de ahora, es decir, imaginó un futuro lleno de lujos y soltero, y terminó con los mismos fajos de billetes y un Omega gordito y mimoso con el cual tendrá cachorros.

Su realidad se torció por el camino del bien o eso pensaba ahora, tenía una relación maravillosa y envidiable en cualquier sentido, el amor que se respira entre ambos y la forma en la cual conviven es demasiado perfecta, lo tiene todo con TaeHyung. Espera que el Omega lo vea a él de la misma forma.

Si ya estaba todo listo, ¿qué estaba esperando para enlazarlo?

El primer paso estaba dado, incluso se suponía que la mordida iba unos momentos antes del embarazo, también estaba pensando en casarse, era en ese punto donde todo se hacía un ovillo sin hilo del cual tirar. Comenzaba a ver cosas que antes no les dio importancia, el casarse era algo más allá del noviazgo que tenían, era un paso mucho más maduro —aunque ellos estén a nada de tener hijos—.

Una mordida en el cuello de su Omega, lo había pensado alguna vez pero siendo éste un pensamiento fugaz en el cual no indagó lo suficiente como para replanteárselo con más lógica, era pequeño cuando le explicaron los lazos y las mordidas, las fases que experimentaban los Omegas cuando eran mordidos, los cuidados del Alfa hacia éste y todo el rollo de advertencias que les contaban para que no enlazaran a alguien por juego. Podía decir que su noviazgo no era un juego, si ya de por sí sentía que su alma estaba entrelazada con la del bajito, estaba seguro que una mordida solo sería confirmarlo ante la Luna.

whiny baby noises [𝘐𝘐] | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora