The sun, the moon, the truth (omegaverse Larry)

2

Habían estado un largo rato jugando con los juguetes de Louis.
Bajo la mirada de Harry el omega era tan natural, tan genuino. Estaba bañado en inocencia. Era de esos nenes que creen que el mundo es color de rosas, que no conocen la maldad, o que la conocieron y no supieron notarla.
Porque si, Louis había sufrido, realmente lo había hecho. Pero su mamá, como cualquier madre cuidando de su cachorro, se encargó de transformar aquella tristeza, de ocular aquel sentimiento. De olvidarlo.

-¿Harry?- Hablo el castaño sacándolo de su burbuja.

-¿Eh? ¿Qué?- Pregunto volviendo a la realidad en la que el cachorro de ojos azules le sonreía brillante.

-Te preguntaba si podemos cambiar.- Dijo señalando los juguetes en sus manos.

-Pero es una muñeca.- Señalo la princesa que tenía Louis y miro el dragón de peluche que él tenía.

-¿Qué tiene?- Pregunto confundido mirando a través de sus pestañas tupidas.

-Que voy a ser alfa, y os alfas no juegan con muñecas.- Louis lo miro confundido.

-Yo también quiero ser alfa.- Dijo sonriendo y con un tono que reflejaba ilusión. Harry hizo una mueca.

-No podes.- Contesto serio y el pequeño ojiazul trago saliva.

-¿Po-porque?- Pregunto con un puchero.

-Porque los alfas son fuertes, grandes y no juegan con muñecas.- Respondió casi de memoria.

-Y ¿Yo que soy?- Pregunto bajito.
-Omega seguramente.-

-¿Y qué hacen los omegas?- Su madre nunca había hablado de esto con él.

-Tienen hijos, cuidan la casa, limpian, cocinan.- Louis hizo una mueca de disgusto.

-Yo no quiero eso.- Dijo con el ceño fruncido.- Yo quiero escribir esas historias como las que me lee mama, quiero viajar ¡Por todo el mundo!- Dijo entusiasmado.

-No.- Dijo Harry simplemente.- Mi papa dice que los omegas solo pueden quedarse en su casa.-

-Tu papá es un tonto.- Espeto Louis enojado con un puchero.

-No es tonto.- Contesto Harry alzando la voz.

-¡Si es un tonto!-Grito ahora el castaño.
-Harry iba a responder pero Laura entro a la habitación.

-¿Qué paso? ¿Por qué gritan?-Pregunto confundida.

-El papa de Harry es un tonto.- Laura alzo una ceja mirando a su cachorro.

-Louis no está bien que digas eso.- Lo reto y el pequeño se encogió en su lugar.

-Quiero ir a mi casa.- Dijo Harry bajito y Laura asintió.

-Vamos entonces.- Estiro su mano y Harry la tomo.- Saluda a Harry Louis.

-Chau Harry. - Saludo y siguió jugando con sus muñecas.

-Chau.- Contesto simplemente.

Laura acompaño al rizado a su casa. Ni bien Carla abrió la puerta Harry se tiro a sus brazos necesitando del calor de su mamá. Prometieron volver a juntarse y Laura camino de nuevo a su casa sabiendo que tenía que hablar con Louis.

-Lou.- Lo llamo desde el sillón y enseguida escucho los pasitos acercándose.

-¿Qué mami?- Pregunto llegando a su lado.

-¿Qué paso con Harry? ¿Por qué le gritabas?- Hablo sentándolo en sus piernas.

-El papá de Harry en un tonto.- Dijo simplemente y su mamá parpadeo.

-No podes decir eso Louis, no lo conoces.-

-Pero es tonto. Dice que los omegas se quedan en sus casas para siempre y Harry dijo que soy omega y no me quiero quedar para siempre en casa ¡Eso es mucho tiempo!- Espeto indignado.

-Si es mucho tiempo.- Dijo pegándolo a su pecho.- Lou vos tenes que entender que no siempre van a pensar como nosotros. Hay gente con otra manera de pensar y está bien, no por eso los insultamos. Vos podes ser y hacer lo que quieras, siempre.- Louis sonrió.

-¿Puedo ser alfa?- Laura rio sabiendo que tenía en brazos a un cachorrito omega.

-Eso no es algo que se elige mi amor, lo elige la naturaleza.-

-Uff.- Suspiro acurrucándose más en el pecho de Laura.

-Te amo Louis, mucho.- Le beso la frente liberando sus feromonas que hacían que el cachorro parpadee pesado.

El aroma de su mamá era realmente relajante. Era una mezcla entre frutilla y menta, suave y él lo amaba.