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El primer día en casa fue bastante tranquilo. Ambar durmió casi todo el día y a la hora de la siesta Tupac la acompaño.
Luego de acostarlos a los dos en la cama matrimonial y llenarlos de almohadas a su alrededor Louis aviso que iría a bañarse.
Harry asintió y se quedó a un lado de la cama solo observando a sus bebes. La cachorrita era diminuta, literalmente del tamaño de su mano y era la cosa más bonita que había visto jamás.
Tupac aún estaba celoso y medio reacio a aceptar que no podían devolver a su hermanita y que iba a quedarse y crecer junto a él.

Por ahora el haber pedido dormir juntos había sido un paso bastante grande y sus papás estaban satisfechos con eso.
No sabe cuánto tiempo estuvo inclinado sobre el marco de la puerta mirando a los cachorros pero la voz de Louis a su lado lo saco de sus pensamientos.

-¿Qué haces?- Pregunto el omega sonriendo.

-Nada, los miraba nomas.- Respondió con las mejillas rojas y Louis rio parándose a su lado.

-Te amo.- Dijo tomando el rostro entre sus manos y uniendo sus labios.

-Yo también te amo.- Contesto Harry envolviendo los brazos alrededor de su pequeña cintura.- Extraño la pansa.- Bufo acariciando el ahora plano vientre de Louis y este rio.

-Yo también, pero ahora tenemos a nuestra cachorrita.- Dijo dándose vuelta para ver a sus hijos sin soltarse del agarre del alfa.

El rizado apoyo el mentón sobre su hombro y beso su mejilla. Ambos observaban como los cachorros dormían acurrucados respirando pausadamente.
Se separaron cuando la cachorra comenzó a quejarse y el omega camino a buscarla. Coloco una mano bajo su cabecita y otro en su espalda baja levantándola con cuidado. La acomodo en sus brazos y con su mano libre sobo su pancita haciendo que deje de quejarse.

Alzo la vista y se encontró con las hermosas esmeraldas de Harry que los miraba con el amor más puro. Reviso una última vez a Tupac y se acercó al alfa, tomo su mano y salieron de la habitación caminando hasta el sillón.
Cuando Harry se sentó, Louis se acomodó en su regazo y alzo la remera para alimentar a su cachorra. Siseo cuando Ambar se prendió a él sin culpa y escucho a su novio reír bajito. Inclino su cabeza y vio que observaba a su cachorra con una sonrisa brillante a la vez que jugaba con su piecito, acariciándolo delicadamente.

El alfa sintió su mirada y conecto sus ojos logrando que ambos sonrían de manera inconsciente. Louis se acomodó sobre su pecho y se dejó envolver en sus brazos aceptando gustoso los besos y caricias que el rizado le proporcionaba.
Ambar comía con los ojitos cerrados sin ser consiente del amor con la que sus papás la miraban. Realmente se les derretía el corazón al verla. Ante los ojos de Louis la cachorra era una pequeña réplica del alfa.

Sus ojos aún no se definían y definitivamente no sabían si su cabello seria rizado, pero su nariz esculpida, su boca rosa y pequeña y la forma de sus ojos demostraban que sería igual a Harry, y Louis estaba tan enamorado.
La bebe se removió soltando su pecho y, luego de acomodarse la ropa, la coloco sobre su hombro para sacarle los gases. Harry sonrió enorme cuando el rostro de la cachorra quedo frente al suyo y le beso la frente haciéndola parpadear lento.
No mucho después la cachorrita se durmió y sus padres decidieron que también se merecían descansar al menos unas horas, o las que Ambar estuviese dispuesta a dormir.

The sun, the moon, the truth (omegaverse Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora