Louis podría ser un emperador, un dj los fines de semana y un asesino a medio tiempo. Harry puede ser un agente del FBI fiel a la ley, un estudiante de medicina y miembro de la guardia del Emperador. Podrían conocerse en una fiesta descontrolada rep...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*** Segunda parte ***
Louis regresó a casa esa noche no siendo capaz de sentirse feliz por ello. Las palabras lacerantes junto con la mirada herida que Harry le había dado no habían hecho otra cosa sino lastimar su corazón y llenarlo de culpa. Culpa por no haber sido capaz de regresar a casa antes de que la tragedia sucediera. Culpa por dejar que alguien más llevara las riendas a su antojo y le causara daño a alguien más. Su padre falleció poco antes de su regreso Louis y todas las propiedades de la familia Tomlinson debían estar en las manos de su hermana, pero ella decidió quedarse con su marido en el oeste del país. Su madre no quiso intervenir, tenía suficiente con su duelo. Su primo menor fue quien quedó al frente de todo.
Durante el desayuno Louis miró a los ojos a su primo en medio de suspiros silenciosos para calmarse y no clavarle el tenedor en medio de ambas cejas. El comedor, años antes repleto de niños y risas, lucía como un escenario fúnebre. Tan solo Louis, su madre y su primo permanecían en aquella casa junto con las criadas y trabajadores. Sus tíos decidieron ocuparse en otras tareas lejos del viñedo.
—¿Qué sucede, primo? ¿Tengo algo en el rostro? —La sonrisa socarrona deformada sus facciones aniñadas que reflejaban muy bien su personalidad engreída que tan solo irritaba a Louis—. ¿Existe algo que te molesta?
—Louis.
La matriarca lo llamó y Louis bufó. Regresó la mirada a su comida, cortó un pedazo de carne con habilidad perfeccionada producto de crecer en la burguesía y miró al menor de la familia Tomlinson mientras masticaba el ternero.
—De hecho, tu presencia me resultará molesta hasta que me aclares algo.
Todo el salón se quedó en completo silencio. Los utensilios rebotaron sobre la loza de la madre de Louis.
—¡Louis Tomlinson! —Su madre levantó la voz molesta por su actitud.
—Déjalo tía, al parecer el mar se ha llevado sus modales. —Se burló su primo e hizo un ademán para que Louis continuara hablando—. Adelante, te escucho.
—¿Tuviste algo que ver con el incendio del molino de los Styles?
Louis ignoró la expresión de su madre y esperó la respuesta de su primo, quien borró su expresión burlona y regresó a su expresión seria.
—¿Sabes cómo murió tu padre, Louis? —Decidió contestar la pregunta de Louis con aquella. La expresión de tristeza de su madre esta vez no pasó desapercibida para el hombre de ojos azules—. ¿No se lo has dicho tía?
—¿Decirme qué? —Louis no iba a negar que circunstancias de la muerte de su padre no le fueron reveladas hasta aquel momento. Cuando recibió la carta de su madre con la noticia ella tan solo mencionó una herida durante su trabajo en los viñedos que se infectó, tuvo tiempo para llorar su pérdida de regreso y una vez en tierra, estuvo más preocupado por contactar con Harry que indagar más en el tema que creía ya cerrado.
