7. Emily

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Cuando llego al orfanato, ya casi es de noche. Después de aquello último que no me apetece recordar, me fui a dar una vuelta.

Cuando entro, veo a todas las demás chicas de mi habitación en frente de la puerta. Me acerco a ellas extrañada.

- Hola, ¿Qué pasa?

Cuando pregunto esto, todas se giran hacia mí, en un rápido movimiento de cabeza.

- Oh, hola. Ya has llegado- me dice María

- Sí, ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacéis todas aquí?

- Pues...- empieza Olivia, pero se calla rápidamente

- ¿Puede hablar alguna?- insisto yo, preocupada

- Ha venido Clara, y...- parece que le cuesta hablar a María- ha entrado en la habitación

- ¿Y que pasa? Como si no hubiera entrado nunca- digo frunciendo el ceño. Que extraño...

- Mira Emily, te lo diré claro- empieza Paula- Clara se ha llevado todo tú dinero

- ¿Qué?- digo furiosa, después de haber asimilado lo que me había dicho

- Ha entrado y ha dicho: ¿Dónde está la última niña?- siempre me llamaba así- como no le hemos respondido ha empezado a gritarnos. Luego nos ha dicho que no podemos llegar tan tarde, así que nos ha puesto un toque de queda.

- ¡Eso es ridículo!- suelto yo furiosa

- No, si lo sabemos todas- suelta Olivia

- Vale, ¿pero por qué se ha llevado mi dinero?- es que esa parte no la entiendo

- Ha dicho que se lo llevaba porque no llegabas- me dice Paula

- ¡Genial!- digo de forma sarcástica

Estoy furiosa. No tiene derecho a quitarme mi dinero. ¡Es que es injusto! Ese dinero es el que había ganado trabajando en verano.

- Lo sentimos, Emily- dice María triste

- Oh, no es vuestra culpa- le digo- es de Clara- digo aún furiosa

- Bueno, creo que deberíamos entrar- dice Olivia

- Si- decimos todas

Entramos en el cuarto, nos ponemos todas el pijama y nos metemos en nuestras respectivas camas

Ellas ya han cenado. Yo me comí un pastelero barato que me compré cuando di aquel paseo.

Aún estaba muy enfadada por lo del dinero, pero de repente me vino algo a la cabeza.

- Oye, pero una cosa, ¿hasta qué hora podemos estar fuera?- les pregunto

- Ha dicho que el toque de queda es a las nueve para cenar juntas

- Pero si ella nunca cena con nosotras...- le digo a Paula

- Ya, pero bueno. Cenamos nosotras...

- Sí...- le digo

La verdad es que esto del toque de queda es ridículo. Que le importa a ella si estoy aquí a la hora de cenar o no...

Siempre intento no estar a la hora de la cena porque lo que nos ponen es un asco. A ver, entenderme. No es un asco, es comida, pero a mí no me gusta.

Siempre nos ponen lo mismo, o puré o guisantes. ¿Pero que cena es esa? Por eso no quiero cenar en el orfanato, porque sé que ese día nos pondrán o una o la otra.

Cuando salgo de mis pensamientos, me fijo en que ya están todas dormidas, así que apago la luz de la lámpara que hay al lado y me tumbo en la cama.

¿Ahora que no tengo dinero, que hago?

Si o si, ¿tengo que venir a cenar? ¡No!

Tranquila Emily. No te vengas abajo.

Vale, decidido. Mañana buscaré trabajo.

Aunque si hubiera sabido antes lo que allí me esperaba, entonces jamás hubiera ido.

Deseos compartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora