Hoy por la mañana he salido después de desayunar. Bueno, desayunar...Me he comido solo un plátano. Sí, no os creáis que en esta mierda de sitio nos preparan un super desayuno.
Ahora estoy por la calle de camino a un sitio. Adivinad donde...
Voy hacia un bar, un pelin lejos del orfanato, a preguntar si hay alguna plaza libre, alguna posibilidad de poder trabajar, porque lo necesito. Necesito un trabajo, ya que no tengo nada de dinero. Y mucho menos después de que aquella bruja a la que no quiero ni nombrar me lo quitara.
Esque, ¿quién se cree que es? Lo siento, aún no lo asimilo.
En fin, crucemos los dedos para que me den un puesto para trabajar.
Poco tiempo después llego. Cuando entro, veo que hay mucha gente y que hay buen ambiente. ¿Será mi día de suerte?
Veo a un hombre detrás del mostrador que, supongo, es el dueño. Me acerco a la barra y un chico, que parece de mi edad, me sonríe.
-Buenos días, ¿qué desea?- me pregunta alegre, manteniendo la sonrisa de antes.
-Buenos días-le digo yo también
-Y bien, ¿desea tomar algo?
-¿Aquel de ahí es el dueño?-le pregunto señalando al hombre del mostrador.
-Sí, es él. ¿Porque? ¿Quiere hablar con él?
-Sí, porfavor
-De acuerdo, ahora le aviso
-Gracias-le digo agradecida.
El chico sonríe por última vez y se aleja para hablar con el dueño. Poco rato después, nerviosa en la barra, viene el dueño.
Vale, tranquila Emily. Tú puedes hacerlo. Sólo tienes que ser amable y educada. Irá todo bien, tú tranquila.
Así que ahora hablaba sola. Joder, los nervios no ayudan...
-Hola, buenos días
El dueño era un señor ya mayor, no quedaría mucho para que se jubilara. Tenía el pelo grisáceo, los ojos verdes y una barriguita de cervecero que me hizo un poquito de gracia.
-Hola, buenos días. Venía por aquí para ver si tenéis algún puesto libre para trabajar.
El hombre, al escharme decir esto, rápidamente sonrió y me miró.
-Pues estas de suerte. Justamente ayer despedimos a una chica... la pobre, no se enteraba de nada. Así que si, tenemos una plaza libre. ¿Estás interesada?
No os podéis imaginar la ilusión que me hizo escuchar esto. Tenemos una plaza libre. Tenemos una plaza libre. Tenemos... ¡TIENEN UNA PLAZA LIBRE! Y me la está ofreciendo... Sí, debe de ser mi día de suerte.
-Sí, por supuesto que estoy interesada
-De acuerdo. Pues estás contratada.
¡Que emoción! No me esperaba conseguirlo tan fácilmente
-Luego hablamos de las condiciones y del sueldo. ¡Ahora a trabajar!- se da la vuelta y empieza a andar
Espera un momento...
-¿Empiezo ya?- le digo siguiéndolo.
-Claro. Venga, ponte esto y atiende las mesas- me pasa un delantal y una libretita con un boli.
Tampoco tenía nada mejor que hacer, así que en realidad me alegro de poder empezar ya a trabajar. También significa tener dinero antes.
Me acerco a una de las mesas. En ella hay sentadas dos chicas que hablan demasiado alto y dos chicos que hablan entre ellos. Uno es pelirrojo y al otro no consigo verlo bien. En todo caso, mi atención va a las chicas.
De camino consigo escuchar a una de ellas decir, "ésos delantales que llevan los camareros son horribles. No se cómo pueden ponserse eso"
¡Perdona, horrible lo que lleva ella! ¿Quién se pone una camiseta rosa de leopardo y una falda rosa? Es una horterada...¡Si parece un chicle de fresa! Mejor dicho, ¡un chicle choni de fresa!
-Buenos días, ¿qué desean tomar?
-Un batido- dice una de las chicas.
-Pero que sea saludable- dice la otra, aclarando.
-Exacto, que sea saludable. Sin azúcar.
-Vamos, que no engorde. ¿Lo has entendido - dice la chica leopardo.
-Sí, entendido. Cero grasas- les digo sonriendo falsamente.
Mira que son tontas. No aguanto a esta gente tan pija y tiquismiquis. Pero tengo que aguantar y ser cordial, no quiero perder el trabajo que he conseguido justamente hoy.
-¿Y ustedes que quieres?- les pregunto a los chicos, levantando la mirada de la libreta.
Oh no, Emily... ¡Porque has hecho eso!
-Yo querría un bocadillo de lomo con queso- dice el pelirrojo.
-Yo otro de fuet, chica Hulk- me dice mirándome
Me miraba con una sonrisilla en la cara, de esas que sabes que le está haciendo gracia la situación por el mero hecho de que a ti no.
No iba a caer en su trampa. Si quería que le contestase o le dijese algo lo tenía claro. No soy así, no caigo tan rápido.
-De acuerdo, ahora se lo traigo todo.
Me acerco a la barra y les paso el pedido a los cocineros. ¿Porque tenía que encontrármelo allí? ¡Porque tenía que verle otra vez?
Me dan la comida y me encamino a la mesa. Cuando llego, se la entrego y la chica leopardo me mira con el ceño fruncido.
-¿Que ocurre?- le pregunto. Que coñazo de tía...
-¿Estás segura que esto no lleva calorías?
-No, no lleva. Es un batido super digestivo y super saludable.
-No lo creo.
-Bueno, soy yo la que trabaja aquí. Sino, mira la carta. Si el batido es verde es porque lleva algo de fruta y verdura. En este caso manzana y brócoli.
-No me gusta.
-¿Desea otra cosa?- pregunto "amablemente"
-¿Que lleva el batido?
Joder, que puto pesada. Se lo acabo de decir. Que se lo beba y punto.
-Se lo acabo de decir- digo ya perdiendo la paciencia.
-Es tu trabajo. Yo pregunto y tu respondes, zorra- me responde chula.
-No. Yo sirvo la comida y tú te la comes sin quejarte. Sino haberte pedido otra cosa.
-Pero...
-No, no digas nada más- me doy la vuelta, pero antes de irme recuerdo algo.
Conmigo esta no se mete. Gilipollas.
-Ah, y no te vuelvas a meter con nuestros uniformes. Porque lo que yo llevo es mucho mejor que la mierda de estampado que llevas tu. Pareces un chicle, toda de rosa. ¿Y sabes que? Que los chicles llevan azúcar, no querrás engordarte no, zorra?
Se queda con la boca abierta, así que antes de darme la vuelta e irme le digo:
-Cierra la boca o te va a entrar una mosca.
Cuando me estoy yendo puedo escuchar como el idiota de esta mañana suelta una risita.
Pff, qué mañana más larga... ¿Me espera esto todos los días?
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Deseos compartidos
Teen FictionDos personas diferentes, pero a la vez iguales Comparten un mismo deseo: tener familia... Están destinados a encontrarse, aunque no de una forma muy normal. ¿Creéis que serán capaces de llegar a obtener la felicidad? ¿Y de enamorarse?