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Se había parte de su rutina.

Despertar, comer, trabajar e ir a ese club donde jaebeom robaría pequeñas charlas. Sus lazos se volvieron fuertes con el paso de los días. 

Pero esta noche fría era diferente, gotas de sudor se deslizaban por su piel, pegando la camisa a su espalda. El cuerpo de jaebeom estaba ardiendo y su mente divagaba, alrededor de unos recuerdos.

Él sabia que estaba cerca, si no volvía a casa pronto, estaría en serios problemas. Pero una parte de él era demasiado cerca para ordenar a sus piernas que comenzaran a moverse en otra dirección, en salir de ese callejón hacia la avenida e irse a casa.

Jaebeom cerro los ojos, un suave entumecimiento comenzaron a correr por todo su cuerpo. Su aroma comenzaba a volver cada vez mas pesado, en pocos minutos, el callejón entero olería a un alfa que esta a punto de entrar en celo, quizás, un omega no tardaría en captar el aroma y en seguirlo. El estómago se revolvió ante el pensamiento de tener a otra persona entre sus brazos que no fuera jinyoung.

Su hermoso jinyoung, deseaba que él captara su aroma. Él lo hubiera llamado para que saliera, se escabullera de su trabajo, pero no tenía su número, no había tenido oportunidad de pedírselo y si se lo hubiera pedido, él simplemente se negaría a darlo con esa sonrisa que iluminaba su rostro de una forma malévola, esos ojos se hubieran llenado picardía.

Jaebeom había aprendido amar esa mirada que se estrechaba cada vez que sonreía. Abrió los ojos y observo el cielo nocturno y murmuro su deseo a esos miles de destellos.

Dio un paso hacia atrás cuando la puerta de abrió, jinyoung salía al exterior con un par de bolsas de basura, sus miradas se encontraron y jaebeom sonrió.

- ¿Qué demonios haces aquí? - murmuro jinyoung, sus ojos se deslizaron por el cuerpo del hombre antes de dirigirse a los contenedores de basura-

-Tus palabras hieren mi corazón y sentimientos cálidos- jaebeom llevo una mano hacia el pecho.

-Sentimientos cálidos, no me hagas reír-

Jinyoung dio un par pasos hacia jaebeom, pero se detuvo, respiro profundamente y suspiro.

-Debes irte ahora mismo, jaebeom- su voz sonaba menos dura.

-Quería verte.

-Dios, suenas como un niño caprichoso. Vuelve a casa jaebeom.

-No me siento bien. Esta noche hace mucho calor- murmuro jaebeom, apoyándose contra la pared- me estoy derritiendo.

-Tú- los labios de jinyoung se apretaron en una fina línea- hombre irresponsable, viniendo a un lugar que esta repleto de omegas que podrían responder antes ti.

-No podía irme a casa, sin verte antes-

Cada uno de los sentidos gritaba que se acercara a ese cuerpo y no se resistió a ese pedido, solo basto un par de pasos para tener al hombre tenso entre sus brazos, jinyoung no intento apartarlo, pero no se relajó. Jaebeom deslizo las manos por encima de la espalda del hombre que suspiro contra su hombro, ambos sumergidos en la oscuridad, el pecho de jaebeom se lleno de orgullo al escucharlo aspirar las feromonas que su cuerpo expulsaba.

-Tienes que golpearme, golpéame-

- ¿Por qué? - murmuro él, su aliento cálido choco contra la mejilla del hombre

-Tu aroma me esta volviendo loco, es como un perfume que estuviera impregnado en cada parte de tu cuerpo y cada vez se hace mas fuerte- presiono sus labios contra la mejilla- por mi bien y por el tuyo, golpéame.

-No te voy a golpear- jinyoung deslizo las manos por encima de los hombros de jaebeom.

-No hagas esto mas difícil- gruño, empujo su cuerpo hacia el frente- siento que me volveré loco de deseo por ti. Me estoy perdiendo jinyoung- se deslizo hacia el cuello, aspirando el aroma que perforaba cada uno de sus sentidos.

-Te llevare a casa, jaebeom-

Jinyoung acuno el rostro del hombre, sacándolo de su escondite. Jaebeom se quedo quieto, los dedos fríos del otro eran alivio contra su piel caliente, deseaba tomar esas manos y deslizarlas por todo su cuerpo.

-Si te dejo aquí, alteraras a cualquier omega que se tope contigo- suspiro- eso si seria peligroso.

De pronto, todo se volvió negro para jaebeom.

><

Jaebeom no recordaba mucho, solo eran recuerdos que saltaban uno al otro sin un orden. De un momento a otro, había dejado el callejón para estar en la parte trasera de un taxi que olía extraño, no sabía a donde se dirigía, aunque no importaba, entre sus brazos, se encontraba jinyoung con las manos hundidas en su cabello humedecido por el sudor.

El hombre murmuraba palabras cálidas contra su mejilla, sus labios rozaban la piel como las alas de una frágil mariposa.

Jaebeom solo parpadeo, estaba devuelta en su habitación, entre las sabanas de su cama. Todo se sentía como un mal sueño, pero el aroma familiar que se mezclaba con el suyo, comprobaba que todo era real. Jaebeom centro su mirada en la delgada figura, Jinyoung se encontraba sentado al borde de la cama.

Las luces de la habitación estaban encendidas, jaebeom podía ver la preocupación reflejada en el rostro del chico.

-Por fin- murmuro- estas despierto, te desvaneciste entre mis brazos- frunció el ceño- ibas y venias, murmurando cosas sin sentido. Quizás, debía llevarte al hospital y no traerte aquí.

- ¿Qué clase de cosas?

-No tienes sentido repetir esas palabras- hizo una pausa- tuve que rebuscar entre tu ropa y encontré esto- agito un cartón rectangular- así que, estuve arrastre a un gerente de una empresa poderosa del país, ¿debo sentirme honrado?

-Lo siento, este no era mi plan inicial.

-No creo que hayas tenido algún plan, solo fuiste impulsivo y descuidado. No tardaras en perder la conciencia, ¿Cuánto tiempo dura?

-Dos días que parecen años. Como odio esto.

-Entiendo. Aunque me cueste reconocer, extrañare tu presencia en el club- intento sonreír- haces que mi trabajo sea fácil, ninguna de las personas, intenta intercambiar palabras conmigo, están lo suficientemente ocupados comiéndole la boca a sus citas o novio o amantes.

-Yo con mucho gusto, me ofrezco a comerte la boca en mi próxima visita.

Jinyoung negó, una sonrisa apareció en su rostro.

-Jaebeom, eres como un dolor en el culo.

Y una vez más, todo se volvió negro. 

Antinatural [Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora