XIX.

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Era un ambiente acogedor. La sensación de hogar se sentia por todo el lugar. El comedor y la cocina estaban unidos en una misma habitación, perfectamente decorada. Armas antiguas e incluso alguno que otro trofeo de sus aventuras.

Naruto llevaba pantalones negros junto a una remera larga blanca, y encima de todo, un delantal de cocina rosado.

Mostró una pequeña sonrisa mientras daba vuelta los sándwiches que estaba cocinando, evitando que se quemen de un lado.

- El desayuno ya está listo- exclamó el rubio.

Sus pies descalzos no tenían problemas al estar en una superficie de madera.

Por la puerta del comedor salió una pequeña figura sigilosamente. Dos cabezas menos que Naruto, casi cuarenta centímetros de diferencia.

El nesquik en la mano de Naruto casi cae al suelo al verse atrapado por dos brazos femeninos.

- ¿Que te dije de hacer eso?- se quejo el chico dejando su bebida en la mesada.

Naruto sintió la frente de la mujer pegarse a su fornida espalda. Los brazos de la chica se envolvieron aún más a su cuerpo.

- No me acuerdo- se burlo la chica dando una pequeña risa.

Naruto dio un pequeño suspiro, pero una tierna sonrisa permanecía en su rostro. Se dio media vuelta observando a la mujer que le robo el corazón hace ya muchos años.

Los ojos zafiros del rubio conectaron con los oscuros, como la noche, de la chica.

- Te amo, Uzumaki Naruto-

- Y yo a ti, Uzumaki Zoë-

La ex-cazadora se puso de puntitas de pie, y sus labios conectaron con los del chico. Fundiendo a ambos en un hermoso y tierno beso.

- Sabes a Nesquik- se quejo Zoë deshaciendo el beso.

Naruto hizo un puchero. Sin su chocolatada no podía empezar el dia.

Zoë pego su cabeza contra el pecho de su esposo, quedándose quieta, escuchando los latidos de su corazón. Aquello podía calmarla siempre.

- Adoro esto-

Naruto abrazo aún más a su esposa manteniendo sus ojos cerrados, disfrutando de aquel momento.

- Si, parece un sueño- expresó el chico.

Sueño.

Aquella palabra quedo resonando en el inconsciente de Naruto. Los párpados del chico se abrieron mostrando que aquellos zafiros cálidos, habían sido reemplazados por dos zafiros similares al hielo.

- Si, un sueño-

El brazo derecho de Naruto viajo hacía el frente y atrapo algo en el aire. Inmediatamente, Zoë, y todo lo demás desapareció, como si una ilusión fuese desvanecida.

El ambiente cambio a un páramo oscuro y lleno de neblina.

La mano derecha de Naruto se encontraba estrangulando el cuello de un hombre.

Tenía piel cobriza, pelo negro, ojos dorados y unas alas púrpuras/azules sobresalían de su espalda.

- Hipnos-

El tono de voz de Naruto salió feroz, imponía respeto y miedo.

El dios del sueño trataba de respirar, pero el agarre de su hermano era fuerte.

- ¿Te atreves a manipular mis sueños?- pregunto Naruto enojado.

- ¡Perdón, hermano!- trato de hablar como podia-. ¡Nuestra madre me dijo que lo hiciera!-

Semidiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora