15.- 𝑨 𝑻𝑹𝑨𝑽É𝑺 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑻𝑹𝑨𝑴𝑷𝑰𝑳𝑳𝑨 𝟐/𝟑

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Las piezas parecieron haber escuchado porque, ante esas palabras, un caballo, un alfil y dos torre dieron la espalda a las piezas blancas y salieron del tablero, dejando libres tres cuadrados que Potter, Ron, Jade y Hermione ocuparon.

—Las blancas siempre juegan primero en el ajedrez —dijo Ron, mirando al otro lado del tablero—. Sí... mirad.

Un peón blanco se movió hacia delante. Ron comenzó a dirigir a las piezas negras. Se movían silenciosamente cuando las mandaba.

—Harry... muévete en diagonal, cuatro casillas a la derecha.

La primera verdadera impresión llegó cuando el otro caballo fue capturado. La reina blanca lo golpeó contra el tablero y lo arrastró hacia fuera, donde se quedó inmóvil, boca abajo.

—He tenido que dejar que sucediera —dijo Ron, conmovido—. Te deja libre para coger ese alfil. Vamos, JJ.

Cada vez que uno de sus hombres perdía, las piezas blancas no mostraban compasión. Muy pronto, hubo un grupo de piezas negras desplomadas a lo largo de la pared. Dos veces, Ron se dio cuenta justo a tiempo para salvar a sus amigos del peligro. Él mismo jugó por todo el tablero, atrapando casi tantas piezas blancas como negras habían perdido.

—Ya casi estamos —murmuró de pronto—. Dejadme pensar... dejadme pensar.
La reina blanca volvió su cara sin rostro hacia Ron.

—Sí... —murmuró Ron—. Es la única forma... tengo que dejar que me cojan.
—¡NO! —gritaron los tres.

—¡Esto es ajedrez! —dijo enfadado Ron—. ¡Hay que hacer algunos sacrificios! Yo avanzaré y ella me cogerá... Eso te dejará libre para hacer jaque mate al rey, Harry.

—Pero...

—¿Quieres detener a Snape o no?

—Ron...

—¡Si no os dais prisa va a conseguir la Piedra!
No había nada que hacer.

—¿Listo? —preguntó Ron, con el rostro pálido pero decidido—. Allá voy, y no os entretengáis una vez que hayáis ganado.

Se movió hacia delante y la reina blanca saltó. Golpeó a Ron con fuerza
en la cabeza con su brazo de piedra y el chico se derrumbó en el suelo. Hermione gritó, pero se quedó en su casillero. La reina blanca arrastró a Ron a un lado. Parecía noqueado.

Potter se movió tres casilleros a la izquierda. El rey blanco se quitó la corona y la arrojó a los pies de Potter. Habían ganado. Las piezas saludaron y se fueron, dejando libre la puerta. Con una última mirada de desesperación hacia Ron, Potter, Hermione y Jade corrieron hacia la salida y subieron por el siguiente pasadizo.

—¿Y si está...?

—Ron estará bien —dijo Potter, tratando de convencerse a sí mismo—. ¿Qué crees que nos queda?

—Hemos tenido a Sprout en el lazo del diablo, Flitwick debió de haber hechizado las llaves, y McGonagall transformó las piezas de ajedrez. Eso nos deja el hechizo de Quirrell y el de Snape...

Habían llegado a otra puerta.

—¿Todo bien? —susurró Potter. —Adelante.

Potter empujó y abrió. Un tufo desagradable los invadió, haciéndoles taparse la nariz con la túnica. Con los ojos llorosos vieron, aplastado en el suelo frente a ellos, un trol más grande que el que habían derribado, inconsciente y con un bulto sangrante en la cabeza.

𝑱𝑨𝑫𝑬  𝒀  𝑯𝑶𝑮𝑾𝑨𝑹𝑻𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora