𝑱𝑨𝑫𝑬 𝒀 𝑯𝑶𝑮𝑾𝑨𝑹𝑻𝑺

17.- 𝑭𝑰𝑵 𝑫𝑬 𝑪𝑼𝑹𝑺𝑶

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Después de una buena noche de sueño, Jade se sintió de maravilla. Aunque vaya lo peor fue dormir y despertar con los odiosos comentarios de Potter contra ella.

—Quiero ir a la fiesta —dijo a la señora Pomfrey mientras ella le ordenaba todas las cajas de golosinas—. Podré ir, ¿verdad?

—El profesor Dumbledore dice que tienen permiso para ir —dijo con desdén, como si considerara que el profesor Dumbledore no se daba cuenta de lo peligrosas que eran las fiestas—. Y tienen otra visita.

—Oh, bien —dijo Potter—. ¿Quién es?

Mientras hablaba, entró Hagrid. Como siempre que estaba dentro de un lugar, parecía demasiado grande. Se sentó en medio de las dos camas, los miró y se puso a llorar.

—¡Todo... ha sido... por mi maldita culpa! —gimió, con la cara entre las manos—. Yo le dije al malvado cómo pasar ante Fluffy. ¡Se lo dije! ¡Podrían haber muerto! ¡Todo por un huevo de dragón! ¡Nunca volveré a beber! ¡Deberían echarme y obligarme a vivir como un muggle!

—¡Hagrid! —dijo Potter, impresionado al ver la pena y el remordimiento de Hagrid, y las lágrimas que mojaban su barba—. Hagrid, lo habríamos descubierto igual, estamos hablando de Voldemort, lo habríamos sabido igual aunque no le hubieras dicho nada.

—¡Podrían haber muerto! —sollozó Hagrid—. ¡Y no digas ese nombre!

—¡VOLDEMORT! —gritó JJ, y Hagrid se impresionó tanto que dejó de llorar—. Nos encontramos con él y lo llamaremos por su nombre. Tenemos que ver lo bueno de las cosas Por favor, alégrate, Hagrid, salvamos la Piedra, ¡ya no está!, no podrá usarla. Toma una rana de chocolate, tengo muchísimas... No mejor ten la caja.

Hagrid se secó la nariz con el dorso de la mano y dijo:
—Gracias JJ eso me hace recordar... Les he traído un regalo.

—No será un bocadillo de armiño, ¿verdad? —dijeron al unísono preocupados , y
finalmente Hagrid se rió.

—No. Dumbledore me dio libre el día de ayer para hacerlo. Por supuesto, en lugar de eso tendría que haberme echado... Bueno, aquí tienen...

Era un collar y un llavero, el primero en forma de corazón dorado con diseño y una pequeña piedra en el centro, el segundo era una bolita dorada con dos pequeños agarraderos para cerrarlo (le recordaba a la snitch), vio que se podían abrir y lo hizo, en el llavero tenía cuatro apartados de fotos (solo había una de ella cuando fue su cumpleaños y una con sus amigos) en el collar no había ninguna.

—Los encontré en buen precio y en oferta y solo agregué esas dos fotos para que tú puedas agregar las que quieras.

—Gracias Hagrid, no debiste— dijo mientras trataba de abrazarlo

—¡Claro que debía! Te lo mereces, eso y más.

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Ellos bajaron a la fiesta de fin de curso de aquella noche, iban caminando cuando Potter decidió hablar:

—Dumbledore dijo que estabas débil por tus pode...

—Potter no somos amigos, no tengo porque contarte mis cosas—interrumpió JJ

—Si claro

Siguieron caminando en un silencio incómodo, cuando llegaron, el Gran Comedor ya estaba lleno. Estaba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo de aquella casa al ganar la copa durante siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la mesa de los profesores, mostraba la serpiente de Slytherin.