¡Namjoon-ah! [Spin-off; ¡Señor Min!]

2.- So far away

-Estese quieto, hyung. No quiero lastimarlo más.

La voz suave de Namjoon calmaba un poco el ardor del alcohol que bañaba sus heridas. Cuando por fin termino, se sentía entumido, vacío. Desolado. Un sentimiento común y prácticamente permanente entre los chicos del orfanato.

Sin embargo, cerca de su corazón, latía suavemente una extraña sensación de agradecimiento hacia el adorable chico detrás suyo. Suspiró. Min Yoongi no era bueno vocalizando sus sentimientos, así que se limito a permanecer en silencio. 

Vio como su menor se agachó frente a el, guardando su kit de primeros auxilios en su mochila. Kim Namjoon era un poco torpe, así que no le sorprendía que cargara con uno de esos a todos lados.

Lo que si le sorprendió fue el bento que su menor extendió hacia a el, con sus mejillas sonrosadas y sus ojos castaños brillando como estrellas.

-Mamá me preparó brochetas de cordero, hyung. Espero le gusten.

Yoongi se quedó inmóvil, con los ojos muy abiertos y la sensación en su pecho intensificandose a cada segundo. Con manos temblorosas tomo el bento y lo abrió con lentitud, dejando que el delicioso olor los rodeara. Se le hizo agua la boca, pero su curiosidad por el chico de los ojos bonitos era mucha, así que por fin habló.

-¿Por qué, Namjoon-ah?- preguntó. Se conocían prácticamente de nada.

-Usted me salvó de aquellos chicos, hyung. Solo quiero devolverle el favor. Además - Namjoon trago saliva, esperando que sus siguientes palabras no sonarán peor que en su cabeza - si me deja alimentarlo, no tendrá que pasar por esto de nuevo. Déjeme cuidar de usted, Yoongi-hyung.

Namjoon hizo una reverencia mientras esperaba la respuesta de su mayor. Al ver que Yoongi no le respondía, se enderezó, encontrándose con la adorable imagen de Min Yoongi con la cara cubierta de salsa.

Sonrío y dos hermosos hoyuelos adornaron sus mejillas.

Mientras tanto, Yoongi decidió que las brochetas de cordero iban a ser su comida favorita de ahora en adelante.