¡Namjoon-ah! [Spin-off; ¡Señor Min!]

7.- Moonchild

—Estoy dentro. Empiezo mañana.

Namjoon comenzó a dar saltitos por todos lados, agitando sus manos como pajarito intentando volar. 

—¡Te dije que lo lograrías, Yoongi Hyung!— estaba pletórico. Sabía que su hyung era talentoso, pero hubo mucha renuencia de su parte para aplicar a esa empresa de entretenimiento que parecía ser el sueño más lejano que pudiera imaginarse. 

Al final, lo había logrado. Estaba dentro, y Namjoon no podía sentirse más orgulloso.

Yoongi seguía sin creerlo del todo, apenas saliendo del estupor de haber sido contratado como productor en una empresa importante. Sin embargo, todo se le olvidó cuando se sintió flotar a unos centímetros del suelo, dándose cuenta unos segundos más tarde que su menor lo había rodeado con sus brazos y levantado para darle vueltas. Se detuvieron, y se sintió mareado de pronto, probablemente teniendo ésta reacción más que ver con los esponjosos labios del moreno entrando en contacto con los suyos que con el hecho de que estuvieron girando como carrusel durante un rato. 

El mundo se detuvo cuando, sumado a la ya húmeda sensación de sus bocas unidas. el calor de las manos de Namjoon traspaso la fina tela que cubría su cintura. Namjoon y su esencia lo rodeaban, lo asfixiaban de aquella manera en la que siempre soñó y que nunca se sintió capaz de expresar. Renuente se separó cuando su corazón rogaba por piedad, después de correr desbocado por lo que parecía una eternidad.

—Hyung, y-yo— Namjoon tartamudeó.

Parecía no ser del todo consciente de lo que había hecho. Y aunque no había arrepentimiento de su parte, pues era algo que había estado esperando hacer por años, no pudo evitar sentir terror por la reacción de su primer y único amor. 

Todas sus dudas se desvanecieron cuando después de levantar la mirada, se encontró con los fieros ojos de Yoongi enmarcados por la rojez en su rostro, a la par que sus pálidas manos se posaron en su pecho, y a empujoncitos lo guiaron al sofá, donde se dejo caer por pura inercia, acomodándose como pudo al sentir el peso de su mayor a horcajadas sobre él. 

—Namjoon-ah— dijo Yoongi casi sin aliento. 

—Yoongi hyung— respondió, tembloroso. 

El choque de sus labios encontrándose de nuevo era todo lo que necesitaban para sobrevivir de ahora en adelante.