Capítulo VIII: Azul Intenso

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Las paredes eran estrechas y los rastros de luz provenientes del exterior iban desapareciendo a medida que bajaban las escaleras. Escaleras de piedra que parecían hacerse infinitas con cada paso. Kiara se hallaba absorta en los diferentes dibujos que formaban las grietas producto de los años en las paredes y las yemas de sus dedos delineaban el contorno con cuidado formando figuras ilusorias a través de los toques. 

Estaba nerviosa, sin razón. Los hombres de buen porte caminaban delante de ellos sabiendo el camino de memoria. Nunca pensó que pudiera llegar a haber una fortaleza debajo de la ciudad. ¿O era una simple cueva donde las criaturas debían pasar desapercibidas sin tener derecho a elegir?

Pellizcó la mejilla de Tyler solo para molestarlo, queriendo hacer a un lado sus recientes preocupaciones, pero no obtuvo la reacción esperada. Se sobresaltó bajo su toque, como si un monstruo baboso con dedos fríos y viscosos le hubiera embardunado la mejilla.

—¿Estás asustado? —Kiara preguntó sin segundas intenciones.

—No realmente. Solo tengo un horrible presentimiento que no me deja en paz.

Un destello luminoso les dio de lleno en la cara. Delante, los recibió una entrada enorme que contrarrestaba con la estrechez de las paredes que poco a poco iban dejando atrás. No era una simple entrada subterránea hecha de roca, sino que se alzaba majestuosa en forma de capilla delante de ellos. Tyler murmuró un "woah" en voz baja y Kiara se autoproclamó una fan empedernida de la arquitectura de forma instantánea. 

Atravesaron la apertura en la roca y el interior era aún más ridículamente sorprendente. En lugar de la caverna picosa que Kiara esperaba, contenía una segunda ciudad subterránea repleta de casetas que rivalizaba con el pueblo de Saint Wall. Al igual que en el exterior, había una cierta cantidad de pilares que seguramente cumplían con la misma función protectora y encubrirían la ciudad de todo aquel que no perteneciera al bajo mundo.

—Así que viven en colonias... —mencionó Tyler sin quitarle la vista a los tejados empinados.

Algunas casas se hallaban empotradas en las paredes de la caverna y estaban unidas por escaleras de piedra que Kiara deseó no tener que subir.

La ciudad parecía dividirse en plataformas. La mayoría de las casas estaban en la plataforma más baja, mientras que otro grupo, muy reducido, se ubicaba en el centro superior.

Lo supo.

—Incluso mantienen el control de las clases bajas. ¿No es eso un poco injusto?

—Este mundo no es tan diferente al nuestro —Tyler respondió disgustado—. Los trabajadores en la parte baja, siendo dominados inclusive por la clase media que solo se cree superior por tener un poco más de poder y la clase privilegiada en la cima regida por un Rey.

Kiara pensó en Ray como un rey. Observando desde la cima, con el azul intenso de sus ojos penetrando en todo lo que era suyo.


"Si esos ojos azules me miraran a mí, ¿podría pensarte con tanta naturalidad como ahora lo hago?"


Todo el brillo de las palabras se redujo a sombras. Los hombres cesaron su paso marcando el final del camino. Los ojos de Kiara se detuvieron en la casona que se cernía sobre la plataforma central. Era sorprendente que ningún Arém se hubiera cruzado en el camino.

Observaron exaltados como los dos Arém se arrodillaban de repente con una mano posada en el pecho, mostrando respeto, pero a Tyler le pareció un gesto demasiado dramático como para llamarlo lealtad. 

Blue Sky: El comienzo del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora