—¿Cómo es que esto podrá ayudarme a despertar? —preguntó Tyler sintiéndose un idiota por estar sosteniéndose de cabeza contra la pared de la caverna.Eran las dos de la mañana. Tyler sentía la sangre presionar detrás de sus cuencas oculares y podía jurar que a sus ojeras y a los músculos entumecidos de sus brazos no les iba mucho mejor.
La caverna era picosa y húmeda, y podía escuchar el imperturbable juego de sonidos que realizaban las gotitas al caer sobre las rocas filosas. Un grupo de piedras que parecían hermanas por sus rasgos artificialmente azulados sostenían su cuerpo contra la corteza terrestre; cada una destinada a una extremidad.
Ya ni siquiera entendía el por qué Lauren se empeñaba tanto en implementar seguridad cuando era la primera en quejarse de sus razonamientos exagerados, pero al final terminó accediendo cuando sus palabras sonaron extrañamente convincentes.Y es que era curioso el hecho de que el lenguaje mágico se hubiese vuelto algo habitual en su vida, como si hablar de alfabeto rúnico y células azules fuera una charla trivial en una ciudad como Blue Sky.
Cosa que en parte lo era, aunque no terminara de acostumbrarse del todo.Pensó en Kiara sin saber por qué.
Pensó en lo que podría estar haciendo en aquel momento, aunque se hiciera una ligera idea.
Llevaban en el UnderWorld unos cuantos días y Kiara parecía empeñada en descubrir lo que ese rey aterrador se traía entre manos. Últimamente en sus conversaciones solo reinaban los chistes malos y lo mucho que a Kiara le interesaba el presuntuoso Arém de ojos azules. Únicamente y en momentos clave, el parloteo se convertía en un conjunto de recuerdos que les permitía viajar al pasado por un rato; aquel pasado pacífico, pero igualmente lleno de problemas que por ahora habían dejado atrás.Una extraña autosuficiencia se había creado desde que eligieron permanecer dentro de Blue Sky, y aquel pensamiento desembocó en una pregunta que Tyler soltó en voz alta sin querer.
—Si yo también soy como ellos, ¿por qué toda mi vida la he pasado allá afuera?
—Saint Wall fue el cobijo de una manada de Rougarou's que creyó que saliendo de la ciudad podría evitar que la guerra los alcanzase —respondió Lauren sentada en una de las rocas cercanas a él. Tyler dio un respingo tan prepotente que piedra por piedra se vino abajo junto con su intento de equilibrio mental.
—¡Mierda! No me digas que ahora debo empezar de nuevo...
Algo en el interior de Tyler crujió; y no fueron sus huesos rotos.
—Ahora mismo te estás preguntando cosas que yo no puedo responder —dijo la Bruja meciendo con los dedos un par de canicas—. No tengo idea de lo que sucedió con ellos, pero puedo darte una hipótesis. Eres el futuro de su raza, lo normal es que protejan la única esperanza que tienen de prevalecer enviándola lejos del campo de batalla.
—Si no mientes, entonces lo que estás diciendo no tiene sentido. ¿La guerra no sucedió hace trescientos años? —refutó Tyler enseguida. Sus ojos se encendieron como velas en medio de la oscuridad.
—Trescientos años han pasado aquí.
Tyler no encontró argumentos para impugnar su razonamiento y se masajeó las sienes sintiéndose exasperado.
Además de que no entendía ni la mitad de las cosas que decía la bruja, la idea de tener una responsabilidad inculcada no le hacía ni una pizca de gracia.
Si alguna vez le hubieran dicho que iba a encontrarse en la situación de extrañar su solitaria y miserable vida en un pueblo fantasma como Saint Wall, probablemente no se lo hubiera creído.
Tampoco hubiera creído preferir la ignorancia antes que una verdad dolorosa.
Kiara tenía razón, era un maldito cobarde.
Ni siquiera era capaz de darse cuenta lo mucho que necesitaba a su familia.
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Blue Sky: El comienzo del fin
FantasiEn la enigmática ciudad de Blue Sky, donde los sueños más oscuros cobran vida y la magia palpita en cada rincón, Tyler y Kiara se encuentran atrapados en una historia de calamidad y repetición. Atrapados en un ciclo del que no pueden escapar, los jó...