3/9

651 83 55
                                    

Capitulo 3: 

Resistencia, valor, ilusiones rotas y una nueva motivación. 


En tu memoria no había presente ni un solo momento en el que te hubieras atrevido a ir en contra de la voluntad de tu familia para seguir la tuya propia, recordabas tanto aquellos detalles pequeños, insignificantes y hasta simples lloriqueos victimistas, que, de todas maneras te hacían darte cuenta que ni siquiera para los lujos tenían libertad de elegir.

Cuando tú y Lily eran niñas en una ocasión acudieron juntas con sus madres para poderse cortar el cabello, tu amiga eligió un cambio radical que dejó colérica a su madre por semanas, "córtelo todo" pidió ella aguantando la risa, no habías dado crédito a lo que escuchabas ¿Cómo qué todo? Y así fue, tu mejor amiga se cortó el cabello "como un niño" con su hermoso rostro a una mejor vista desde todos los ángulos y un bonito flequillo, te sentiste hipnotizada y pensaste en todo el tiempo que te ahorrarías en peinarte, en que no te dolería la cabeza por los peinados pesados y elaborados y en que quizás, te verías igual de linda y libre, no obstante, llegado el momento, pediste que te cortaran sólo las puntas y regresaste viéndote casi exactamente igual mientras todos los comentarios (buenos o malos) y elogios iban hacia Lily, actualmente tu amiga se dejaba el cabello largo plácidamente, tras haber experimentado de maneras tan radicales con él, parecía que ya sólo deseaba dejarlo crecer en paz.

Querías a tu amiga, pero en ocasiones, te recordaba sin darse cuenta lo asfixiante, aburrida y tediosa que era tu vida, que eras tú.

No querías casarte, no con él ¿Pasarías la otra mitad de tu vida criando niños y en un matrimonio con un hombre que no amabas y estabas segura él tampoco sentía nada? "El amor llega con el tiempo." Te solían decir, pero no, no era verdad, para ti el amor ya había llegado y si no hacías algo, se te iría el tiempo.

Lo decidiste, por primera vez en tu vida debías ser firme y valiente, ante cualquier aversión, debías aguantar, debías mostrarte decidida.

"Erwin.

Mi padre ha accedido a un matrimonio arreglado con el hijo de un importante comerciante, estoy por convertirme en la prometida de Fabián Catalano, mi fiesta de compromiso pronto será anunciada, una vez presentada en sociedad esta noticia, no habrá vuelta atrás, deberé convertirme en su mujer y ser fiel hasta la muerte.

No quiero eso, siento que me estoy condenando de por vida a la infelicidad, no quiero sentarme a mirar como la vida se me escapa, quiero irme lejos, muy lejos de mi hogar, ni siquiera sé por qué te estoy escribiendo esta carta, ni dónde demonios estoy sacando coraje para hacerlo. Mis manos están temblando mientras trazo cada palabra, el corazón me está golpeando violentamente contra el pecho y tengo lágrimas a nada de derramarse brotándome por los ojos.

Sé que no te he sido indiferente, en cada carta, en cada mirada, desde la primera vez lo supe, no te pasé desapercibida, si tenemos en manos algo que puede valer la pena, hagámoslo, busquemos la manera, ayúdame a detener ese compromiso y yo te demostraré que todo lo que estoy plasmando aquí no son palabras vacías.

Estoy enamorada, por primera vez, por única seguramente, al fin lo comprendo, me nublas la mente, me duele el corazón, siento que me estoy muriendo por verte.

Espero tu respuesta. Firmo y me despido, esperando verdaderamente que no sea una despedida."


//

Enviaste aquella carta y tu respuesta llegó, exactamente 1 semana después, mientras bordabas con tu madre esperando a que la cena estuviera lista, tu corazón se detuvo al escuchar aquella noche los suaves golpes en la puerta, seguido de la voz que tanto habías estado anhelando por escuchar, corriste a el recibidor y un sacudón de emoción recorrió tu ser al a Erwin Smith de pie frente a tu padre, llevaba aquella carta en mano y el ramo de rosas rojas más bonito que nunca habías tenido oportunidad de admirar.

-Buenas noches. –Saludó.- Mi nombre es Erwin Smith y soy el comandante de la legión de reconocimiento.

-Así es, lo conozco. –Respondió tu padre, podías sentir su gélida mirada clavada sobre ti, pero para ese momento ya nada te importaba, Erwin había venido, había venido por tu mano, había venido a corresponder lo que habías expresado en tu carta, aquél debía ser el día más maravilloso de tu vida.- Pero, no entiendo ¿Qué hace usted aquí?

-Conocí a su hija hace un tiempo, hemos entablado una buena amistad mediante correspondencia, no obstante. –Te miró y devolviste la mirada, lista para correr a su lado y mirar a tus padres a la cara, del brazo de tu verdadero amor.- Me temo que ella ha confundido gravemente mis intenciones.

¿Qué?

Caminó hasta ti, dándote las flores con pesar y colocando la carta entre estas, para posteriormente mirarte a los ojos con firmeza, tu labio inferior temblaba y sentías las lágrimas resbalándote por las mejillas mientras una inexplicable presión se hacía presente en tu pecho, quisiste intentar respirar con calma, pero lo único que brotó de ti fue un sollozo.

-Señor, su hija me ha pedido la anulación de su matrimonio con Fabián Catalano, cosa que no estoy en condiciones de hacer y si he venido desde Trost hasta acá ha sido únicamente para en persona declinar cualquier tipo de interés, amoroso o nupcial, mis intenciones nunca fueron llegar al matrimonio con ella, pero tampoco de por medio estuvo querer aprovecharme de su ingenuidad, el error fue mío por haber dado paso a continuar aquella amistad sin futuro.

-Comprendo y le pido mis más sinceras disculpas por semejante comportamiento promiscuo de parte de mi hija ¿Desea quedarse a cenar? –Preguntó únicamente por cortesía.

-No, debo irme ya, pues partiré a Trost mañana a las 8 en punto. –Erwin volvió a mirarte, no dabas crédito a su manera de hacerlo.- Deseo que tengas un feliz matrimonio.

Fue lo último que te dijo antes de marcharse.

Gritos, reproches y humillaciones fueron lo siguiente durante aquella noche.

Tenían una prostituta por hija, aquellas habían sido las palabras de tus padres.

¿Por qué? ¿Por qué Erwin te había rechazado así? No podías creer la magnitud de tu estupidez, de tu ingenuidad, tú no habías significado absolutamente nada en su vida, a sus ojos, no habías sido más que una mocosa a la que había mostrado un poco de amabilidad y ella, tontamente lo había confundido con algo más. 

Tomaste las flores y la carta, dispuesta a deshacerte de ambas puesto que recuerdos amargos era todo lo que traía para ti, no obstante, sentiste un impulso por abrir aquél sobre, por volver a leer lo que habías escrito anteriormente y entonces, reparaste en las palabras que había al reverso de aquella hoja. 

"Si llegas a leer esto. 

Es muy probable que después de lo que diré no me vuelvas a buscar, y lo es todavía más el hecho de que quizás a consecuencia de todo eso estas palabras ni siquiera lleguen a ti, no obstante, no puedo mentirte, sin antes dejarte alguna mínima pista de la realidad de las cosas: 

No puedo corresponder a tu sentir, pero por favor recuerda que el "no poder" es totalmente opuesto al "no querer".

Con cariño y pesar, Erwin Smith."


¿No podía? ¿Pero si quería? ¿Qué era aquello que lo frenaba? 

No querías quedarte cruzada de brazos, debías actuar lo más pronto posible, al día siguiente antes de las ocho de la mañana, lo encararías al menos una última vez y que rectificara cuál era el lado verdadero de sus sentimientos. 

Amor Clandestino // Erwin Smith x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora