8/9

584 80 13
                                    

Capítulo 8:

Embarazo, boda y huida. 


Las semanas posteriores fueron un martirio total, no podías dormir bien por la preocupación, tu periodo parecía no llegar y Helena lo estaba notando, pues días atrás te había cuestionado al respecto, aun así pudieras aparentar la llegada del sangrado, tu vientre cada día más abultado en cualquier momento te iba a delatar, las náuseas matutinas y la ansiedad que te causaban los antojos tampoco ayudaban a mejorar tu situación, te sentías exhausta.

Tu comunicación con Lily se había visto cortada casi por completo, a esas alturas tu prometido revisaba toda tu correspondencia antes de permitirte leerla, así que habías optado por no enviarle más cartas a tu amiga con peligro de que cualquier palabra escrita pudiera levantar sospechas.

Tu boda estaba a pocos días de suceder y con ello la esperanza de volver a ver a Erwin se iba ¿Él estaría tan consciente cómo tú de la situación? ¿También entendía que podías estar embarazada? ¿Que el bebé que llevabas en tu interior era suyo?

-Mal momento para venir al mundo. –Le dijiste a tu hijo con las manos sobre tu vientre, no podías, o mejor dicho, no querías deshacerte de él como Lily aconsejaba, en verdad te sentías ilusionada, querías ser madre, pero la situación era la peor posible.

//

El "esperado" día de la boda llegó, sentías manos por todas partes ajustando detalles de tu vestido y peinado, llevabas un enorme nudo en la garganta desde que te habías despertado y estabas a nada de una crisis.

Llegaste al lugar de la ceremonia en una hermosa carreta, te ayudaron a bajar y apenas pusiste un pie sobre el suelo sentiste cómo te faltaba el aire.

Lily se acercó hacia ti con una euforia fuera de contexto ¿Qué se le olvidaba el terrible día que era aquél?

-¡Muchas felicidades, de verdad deseo que seas feliz con él toda tu vida! –Exclamó quizás demasiado alto antes de abrazarte.- Busca manera de ir hacia la parte trasera del sitio. –Te dijo entre dientes al oído y se separó rápidamente.- ¡Muy bien, todos abran camino para la novia! Por favor, déjenla pasar, vamos, vamos. –Dijo abriéndose paso entre la gente, aunque de pronto se detuvo junto a tu madre colocando una mano sobre su hombro, no entendías qué le estaba diciendo cuando de pronto tu mejor amiga se desvaneció en el suelo, tu madre espantada la sujetó cómo pudo con ayuda de Helena y todo se volvió gritos y empujones alrededor, sentiste el impulso de correr a auxiliar a Lily, aunque de pronto entendiste sus palabras... Aquello no era más que un truco barato.

Con rapidez te escabulliste rodeando el lugar, nadie debía verte, nadie debía verte, por favor que el escandalo distrajera también a Fabián, Fabián había dicho que te mataría si te descubría, miraste alrededor pero todo estaba vacio, de pronto sentiste una mano tocando tu espalda y te giraste espantada.

-¿Lucy? –Preguntaste sorprendida.

-La señorita Lily me pidió que le diera esto. –Te entregó un vestido casual y unos zapatos cómodos.- Debe cambiarse rápido e ir al final de la calle, yo la dejo, si se enteran que estoy ayudando en esto me dejan sin trabajo.

-Gracias... -Susurraste al comprender qué estaba sucediendo.

Tras decir aquello la mujer se marchó y tú de inmediato te cambiaste el vestido, detrás de una columna ¿Qué importaba estarlo haciendo a media calle? Dejaste tu vestido, velo y ramo prácticamente tirados mientras corrías en la dirección que te habían indicado ¡No podía ser!

-¡Erwin! –Te lanzaste a abrazarlo con lágrimas en los ojos.

//

Un par de horas más tarde estabas sentada comiendo una sopa enlatada en el pequeño comedor de una vieja cabaña, Erwin te observaba con atención, al notar su mirada, extendiste tu comida hacia él.

-Lo siento ¿Quieres?

-No, gracias. –Él negó, había estado callado durante un buen rato.- A esta hora deben estar buscándote cómo locos.

-Yo tampoco es que pueda creer mucho lo que hice ¿Cómo fue que Lily te convenció?

-Realmente él de la idea fui yo, mi plan principal en realidad era ir a tu casa y pedir las cosas de manera correcta... Pero me enteré de la situación con tu prometido y no quise arriesgar demasiado tu seguridad, estuve temeroso todos estos días de que se te ocurriera escapar, tenía a dos matones vigilando la zona, supongo que si eso ocurría te interceptarían y... -Prefirió callar, un escalofrió te recorrió la espalda, si hubieras decidido escapar de tu casa en alguna noche, habrías tenido a dos tipos con orden de matarte esperándote.- Estás embarazada ¿Verdad?

-¿Lily te lo dijo?

-En realidad me lo sospeché yo mismo, luego de lo ocurrido. –Hizo una pequeña pausa y tomó tu mano libre.- Lo lamento, yo provoqué que las cosas se extendieran a este limite, debí hacer las cosas bien desde el primer momento, pero si te soy sincero, no estaba seguro de hacerlo.

-¿Y porque lo hiciste ahora? –Preguntaste con cierto orgullo.- Bien pudiste dejarme a mi suerte y nadie te hubiera obligado a nada.

-Lo hice porque me importas, porque siento lo mismo que tú.

-Dímelo directamente o no te creeré nada, no he escuchado que me lo digas y quiero oírlo.

Querías escuchar que te lo dijera sin más, las dos palabras tan especiales que querías con toda el alma que él te dijera.

Erwin sonrió un poco y metió la mano a su bolsillo de dónde sacó una pequeña caja, en el interior había un anillo que al verlo provocó que el corazón te fuera más y más rápido.

-Lo hice porque te amo.- Allí estaban esas palabras.- Te amo, a ti y a nuestro bebé, ni siquiera lo conocemos todavía, no sabremos si será niño o niña, pero yo lo amo... Tuve un padre maravilloso, sólo espero poder llegar a serlo también.

Te colocó el anillo y te sentiste feliz, eso era todo lo que querías, te levantaste y te sentaste en sus piernas besándolo, tu prometido, tu futuro esposo, el padre de tu bebé, todo eso era Erwin para ti y tú para él su prometida, su futura esposa y la mujer que daría a luz a su hijo, a ese y a todos los que tuvieran que llegar.

No te opusiste a hacerlo de nuevo aquella noche, decidiste ignorar los reproches de tu consciencia, nuevamente eran ustedes y nadie más y así estaba bien, así querías que fuera por el resto de tu vida. 

Amor Clandestino // Erwin Smith x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora