Reformas tributarias

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-Lamento no haber venido en casi once años... En realidad creí que no querías verme, te envié bastantes cartas pero nunca me respondías.- Respondió Harry jugando con sus manos, estaba un poco nervioso. -Debo admitir que me costo bastante valor venir a visitarte, lamento si te incomodo.-

-¿Alguna vez te he dicho que me incomodas?-

-No...- 

-Nunca me vas a incomodar Harry, estoy feliz de verte. ¿Cómo están Lucius y Narcissa?- 

-¡Bien! En el hospital los tratan muy bien, cada vez que voy a visitarlos se alegran un poco.- Respondió Harry feliz de que Draco preguntara por sus padres, así fuera una simple formalidad.

-Entonces ¿Por cuánto tiempo podré disfrutar tu compañía? Hace bastante tiempo que no tengo visitas... Humanas, varios gatos vienen a dormir.- Harry sonrió, en realidad no quería volver a la ciudad, estar con algún Malfoy era maravilloso y mucho más si era Draco.

-¿Por cuánto tiempo puedes tenerme aquí?- Preguntó Harry mirando el rostro de Draco, analizó cada parte de él intentando descifrar alguna pista de incomodidad o duda, solo encontró paz y una pequeña parte de felicidad.

-Por mi quédate hasta que parezcas una uva añeja, o hasta que seas vino. Mis puertas siempre estarán abiertas para ti, tengo suficientes ingresos como para alimentar toda la familia Weasly sin problema.-  Respondió Draco apoyando la espalda en el sofá. Harry se levantó de la silla y sacó de su maleta una bolsa de papel llena de gordos sobres, al parecer un poco pesada.

-Me quedaré hasta que muera.-

-Entonces será una larga estancia, un placer volver a vivir junto a Harry dulce Potter.- Mencionó Malfoy recibiendo la bolsa llena de dinero en efectivo, Harry solo miró el suelo y sonrió. Se acercó hasta el sofá y se sentó en el brazo cercano a Draco.

-¿Me dejarás hacer unos cambios?- Preguntó Harry mientras acariciaba la cabeza de Draco, extrañaba la sensación de su largo cabello en sus manos.

-Nada muy extravagante ni rojo.-

-¡Recibido comandante!- Luego de su pequeña charla, entre los dos liberaron la maleta de Harry, hicieron una pequeña cena y durmieron hasta el siguiente día. Harry escondió una pequeña maleta aparte, cuidando que Draco no la descubriera.

La mañana comenzó con calma, Harry despertó primero que Draco, preparó café y tostadas con mantequilla para Malfoy, él tomó jugo de naranjas y tortitas con miel.

Apenas terminó de comer volvió a la habitación para despertar a Draco. Se sentó al borde de la cama y con delicadeza comenzó a acariciar la cabeza de Malfoy.

-Buenos días sol...- Mencionó Harry al ver como Draco abría sus ojos con somnolencia.

-Buenas noches luna.- Respondió Draco jalando a Harry dentro de la cama, los cubrió con el edredón y abrazo el cuerpo de Harry.

-Solo cinco minutos.- Advirtió Harry descansando la cabeza en la almohada de Malfoy.

-Recibido comandante.-

Juguemos a que no me haces daño [Drarry/Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora