Siempre tuve la curiosidad de saber quién o qué era eso que sentía por dentro. Sabía que, en ocasiones, no estaba del todo sola y aunque creo en los fantasma esto se sentía cada vez más vivo. Con los años, en mi adolescencia, me percaté de los gustos o necesidades que como niña llegué a tener: observar a las personas con detenimiento e intimidarles con la mirada cada que pasaran cerca. Mis padres siempre supieron que iba a ser una persona muy rara, dedicada a mis asuntos pero con muchas cosas que pensar, tantas que al momento de crecer los olvidé incluso a ellos.
Un día estaba con mis padres en un parque, jugando con otros niños y al siguiente día ya no. La verdad no sé si fui yo quien los dejó o si ellos desistieron de mí. El punto es que con quienes estoy ahora no son mis padres ni yo al parecer soy del todo su hija. Siempre supe que había sido adoptada, nadie y lo digo con propiedad, intenta cambiar un pasado tan oscuro con una sola acción, es algo muy raro.
El tiempo siguió pasando y yo ya no reconocía a nadie, todo era nuevo para mí así que decidí quedarme y empezar a conocer. Sabía que nada sería fácil ahora, lo era pero ahora la que actúa es ella y yo solo existo encerrada en algo que tampoco estoy segura si fue mío. En ocasiones escuchaba voces de mujeres que a una sola voz me decían qué hacer cuando me encontraba en peligro. Me han mantenido a salvo desde que sé que soy pariente de aquel, ya no sé si soy solo un conductor o si lo que represento soy yo realmente. Sea como sea el recordar que soy alguien mucho mejor de lo que creí ser me reconforta y el estar dispuesta a ir por más mantiene vivo el recuerdo de que fui y seguiré siendo alguien.
En un descuido cualquiera, guardo silencio para seguir pensando qué hacer y ella se concentra:
—Alían, ¿estás bien?
—Sí, solo fue un pensamiento, debemos alejarnos de aquí y sé perfectamente a dónde, sígueme.
Para ser sincera no me quería alejar de mi familia, eran los únicos que tenía ahora y no tenía ni idea de a dónde me llevaba esta otra yo.
—¿Sabes lo que son los Atalayas?
—¡Sí! De acuerdo a mis vagos registros, el sistema me arroja una data muy antigua, más de lo que tú y yo y toda nuestra ascendencia ha podido vivir. Ellos no eran personas como pudimos llegar a ser tú o yo. Eran personas sabias con poderes inferiores al de los entes que ahora intentan destruir todo el mundo. Los atalayas llegaron a este mundo hace mucho tiempo para resguardar el orden, una especie de fuerza superior a todas las que hemos visto. Se dice que hay una historia del por qué desaparecieron, pero dicha historia aún no se conoce, es como si se hubiera obligado a ser olvidada o borrada. Estas fuerzas eran una sola, millones de repeticiones ancladas a un solo poder, es como lo que tú eres ahora, nosotros somos millones de lo que tú eres. También dice que el día que desapareció se dio inicio a la era de los entes.
—¿Crees que ellos tengan algo que ver con esto?
—No lo creo, lo sé. Está implícito en lo que cada fuerza representaba para este mundo, los atalayas ayudan con la estabilidad de todo, mientras que los entes buscan hacer lo contrario. Algo pasó con ellos y lo mismo nos pasará a nosotros si no encontramos qué hacer.
Justo antes de terminar la plática una onda de luz nos atravesó y se alejó como si se fuera a extender por todo el mundo.
—¡Sígueme! —Escuchamos.
No estaba convencida sobre quién me estaba llamando y aunque en mí existía la necesidad de ir tras esta luz, sentía también la responsabilidad que he cargado por muchos años y no me iba a quedar con los brazos cruzados.
—¡Debemos seguirla!
Sabía que necesitaba un plan superior a toda esa fuerza, podría tener millones de personas como yo, pero con la única contradicción de no ser tan exactas y eso, jugaría en mi contra. Caminamos lo suficiente entre animales y personas muertas y otros muy vivos. Nos alejamos tanto que ya no reconocía dónde estábamos así que le pedí a Agnes un rastreo del lugar.
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Yacer
Science FictionNo todos los sueños dicen cosas, algunos incluso solo son pedazos de unos pocos reflejos de algo que pasó y que no debió convertirse en sueño. Otros, por su parte, llegan a nosotros por muchas razones, tantas que no entenderíamos nunca el funcionami...