Extra II

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JiMin miró la ventana de su casa. Era sábado y lluvia a mares sobre Seúl, hacía un frío horrible y su habitación se sentía como si un hielo estuviese en la calefacción. Quería que dejara de llover ya, tenía así más de una semana. Con las calles inundadas y las actividades escolares detenidas hasta nuevo aviso. En su trabajo en la empresa de sus padres, le habían pedido no asistir hasta que todo la lluvia desistiera y era hora que no pasaba. Pará rematar todo su sufrimiento y agonía con esos días de mierda, ni Chungka, ni Kook estaban ahí con él. Ya que ambos habían decido irse con sus parejas apenas supieron que no habría clases ni trabajo.

Y él comenzaba a creer que la vida lo odiaba. Aún así y su odio profundo por la lluvia y los días grises, salió de su habitación rumbo a la cocina. Su casa era pequeña, hablando más bien por el tamaño de la casa de sus padres, aquella cosa era una mansión terrible. En cambio su casa era mucho más pequeña, tenía tres habitaciones con baño cada una. Sala y un comedor, la cocina y un pequeño estudio donde hacía sus tareas y cosas de la empresa. Había un cuarto de lavado y un jardín delantero, además de una bonita terraza con alberca. Sí, su casa era pequeña comparada con la de sus padres y hermano mayor.

Tallo su ojito derecho abriendo las puerta de la cocina con total enfado. Min YoonGi ni siquiera le había hablado en toda esa semana, ni un mensaje o llamada. Lo entendía y tampoco se estaba poniendo berrinchudo, pero lo extrañaba. Desde que regresó a Seúl, el mayor lo había visitado escasas dos veces en todo ese mes, hablaba de vez en cuando y tenían intimidad cada que se podía. JiMin no iba a mentir, comenzaba a fastidiarle la vida de idol de su novio con el que ya tenían dos años.

-Oye, ¿sabías que Taeil hyung no es tan malo como pensamos? - JiMin se giro a sustado sobre sus talones cuando la hermosa voz del mayor se escucho a sus espaldas. Cubrió su boca con ambas manos mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. - de hecho, creo que le agradas porque me dio permiso de venir contigo por dos semanas. - dijo sonriendo. - ¿te vas a quedar ahí enano nalgon? Estoy esperando mi beso y abrazo de bienvenida.

-¡YoonGi! - chillo para luego correr a sus brazos y apretarlo fuerte. Llorando en el cuello del mayor como un bebé. Es que, un mes es mucho tiempo. No escuchar sus tonterías o sus quejas porque hacía mucho calor o porque ya le dolía el culo de estar sentado, habían sido lo que más extraño del mayor. Su sonrisa de gomita y sus ojos llenos de perversión cuando lo miraba solo en bóxer. Definitivamente seguía siendo el mismo Min YoonGi de hace dos años atrás. Aquel que se decía ser su esclavo sexual y doméstico. - ¿por qué no me dijiste que vendrías? Habría preparado algo de desayunar para los dos.

-Bueno, el asunto es que me corrieron de la empresa. - dijo sonriendo. - Taeil hyung dijo que me daba diez minutos para salir del estudio o se arrepentiria, ¿qué podía hacer? Tenía que correr o perdería la oportunidad de ver a mi novio casi esposo.

-Taeil hyung es cruel. Eres el chico que más premios, ganancias y publicidad le da a la empresa, ¿por qué no lo sobornas? - preguntó el menor aún entre los brazos del mayor.

-Porque es muy Park JiMin y yo soy Min YoonGi. - respondió abrazando a JiMin por los muslos sin dejar de sonreír. - ahora, ¿qué te parece si volvemos a la cama y hacemos un desastre de sus sábanas de princesa?

-¡No son princesas! - chillo pegándole al mayor. - pero sí, vamos.

YoonGi camino escaleras arriba besado a JiMin como si nunca lo hubiese hecho antes. Como si esa fuese la primera vez que lo vio borracho en el apartamento de su hermano. Realmente lo extrañaba y no mentía con aquello de Taeil. Pero quizás, decir dos semanas si había sido una total mentira de su parte.

Aunque ahora ya no importaba nada en realidad, sólo el tener a JiMin en su vida era más que suficiente para ser feliz.

¡Min YoonGi, ¿qué te pasa con Park JiMin?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora