Desperté con lágrimas en los ojos de un sueño tremendamente revelador. Contenía respuestas sobre mi pasado y le daba sentido al valle e incluso a mi propia existencia.
Pero a medida que el perfume de flores que envolvía la habitación del 4º piso desaparecía de mis pulmones y yo descendía a zancadas las escaleras para reunirme con C, este recuerdo iba escapando de mi mente y difuminándose hasta convertirse en una sensación borrosa.
C estaba sentado en una silla vieja de madera, delante de una chimenea en la que centraba toda su atención, como si fuera a encontrar algo entre las llamas. "La chimenea no estaba aquí"-pensé.
Me acerqué y la madera del suelo crujió. C pareció notar mi presencia y apartó la mirada del fuego. Giró la cabeza para mirarme de reojo sin moverse del sitio.
-Así que volviste. Casi subo a buscarte, ¿sabes? Pero estoy ya muy mayor para expediciones. Subir una vez fue suficiente. Di por hecho que estarías bien, veo que no me equivoqué. ¿Te apetece sentarte y contarme qué has estado haciendo, chico?-señaló una silla a su lado.
Me senté en la silla y le conté a C todo lo que me había sucedido saltándome el incidente del grito. Él lo escuchó todo pacientemente, sonriendo.
-¿Y dices que dormiste en la cama del 4º piso?
-Si, ¿por?
-Yo nunca he tenido que dormir aquí. Pensaba que en el valle no no existían el sueño o el hambre, es raro.
-¿Y por qué hay dos dormitorios arriba?
-A mi no me preguntes, no es mi molino. Seguramente habrá todavía más dormitorios en otros pisos.
-Pero no había más pisos.
-Porque no querías subir más-murmuró C
-¿Qué quieres decir?
-Nada, olvídalo. ¿Y por qué dices que elegiste H?
- Me pareció que se ajustaba a mí cuando me vi. Ya que tú tienes una letra, ¿por qué no tener yo una?
- ¿No es un poco complicada? Debe de ser la letra más larga del abecedario...
- No lo es, la W es más larga.
C frunció el ceño.
- Nadie en su sano juicio usaría esa letra, no cuenta. Solo digo que si querías usar una letra para abreviar, escoger la H no sirve de nada, ¿no? Hay nombres completos más largos que eso.
- ¿Y? Es mi nombre, lo escojo yo.
- Bueno, técnicamente nadie escoge su propio nombre, pero supongo que aquí no es así. Creo que aceptaré tu elección, por ahora.
C volvió a mirar la chimenea y sus pensamientos volvieron a perderse en las llamas por un momento, hasta que pareció acordarse de algo.
-¿Tienes pensado quedarte aquí?
-Al menos hasta que se haga de día.
- Entonces me temo que tendrás que pasar años aquí dentro, H. ¿Sabes el tiempo que he pasado aquí desde que amaneció hasta que llegaste? Está claro que el tiempo en el molino no es lo mismo que en el resto del valle. Mucho me temo que como mucho estarás aquí hasta que termine el ocaso, si es que no te vas antes.
-¿Tendré que salir de noche?
-No te obligaré a irte, pero no creo que un joven como tú aguante mucho tiempo en un lugar como este. Yo que tú aprovecharía los días aquí.
ESTÁS LEYENDO
No volví
SpiritualLa vida y la muerte están muy cerca uno del otro. Tanto, que si se acercan demasiado pueden llegar a deformar la realidad provocando consecuencias inesperadas.