Dos opciones:
Salir corriendo para encontrarme casi con seguridad de nuevo con aquel molino o acercarme y... Por qué no? Llamar a la puerta.
Elegí la primera solo por si acaso y comprobé que no se podía escapar de aquel molino.
Después de volver a intentarlo unas cuantas veces y plantearme seriamente adentrarme en el bosque y arriesgarme a no volver, me acerqué a la puerta sin nada que perder.
Alcé la mano y golpeé la puerta.Lo que pasó en adelante fue tan rápido que resulta algo difícil de describir.
En menos de medio segundo la puerta estaba abierta y sentía como una ola de un aire extraño me invadía, y comenzaba a levitar mientras que el aire a mi alrededor se volvía más pesado.
Tantas sensaciones ocurrieron en tan poco tiempo y yo seguía con el puño levantado, con aquella cara de idiota asustado, y confuso aún.
Fue entonces el primer momento en el vi al anciano.
Estaba allí, sujetando la puerta, observando como si mi presencia le causara indiferencia.
Su rostro arrugado daba entender que tenía ya bastantes años, dejando apreciar el paso del tiempo en sus ojos. Aunque aún parecía robusto, seguramente lo suficientemente fuerte para trabajar en el campo.
Después de unos segundos, se cruzó de brazos y dijo:
- ¿A ver, te quedas dentro o fuera?Hoy me levanté con ganas de actualizar la historia, y lo he hecho.
Igual mañana actualizo los poemas
(Igual)
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No volví
SpiritualLa vida y la muerte están muy cerca uno del otro. Tanto, que si se acercan demasiado pueden llegar a deformar la realidad provocando consecuencias inesperadas.