El molino

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Caminé, caminé, caminé hasta que me dolieron las piernas.

Nada, NADA, absolutamente NADA.

Las montañas parecían mirarme con su aire imponente burlándose de mi. Y el sol se despedía ya detrás de ellas.

Empezaron a salir sonidos extraños del bosque, y me atormentaba la idea de no estar solo.

De repente, un grito, un...ruido extraño y demasiado, realmente demasiado potente, chirriante y estremecedor salió del bosque.

Fue entonces cuando se hizo el silencio.

Si el valle ya estaba en silencio antes, ahora lo estaba más, o...quizás, aquel grito me había dejado sordo... ¿Tal vez?

Lo que sabía era que, definitivamente, no iba a pasar la noche al aire libre, ni de broma.

Eché la vista atrás. El árbol donde me había despertado, volvía a estar allí. Una locura. Cuando volví a mirar hacia delante, un pequeño y antiguo molino había aparecido allí.

Y...había luz dentro.

No volvíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora