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"¿Está herida?, ¿dónde se encuentra?" La voz apresurada de Nanami, el sonido que podías esuchar a través de la llamada, decía que estaba levantándose de su cama y colocándose alguna camiseta, batallando para que su celular no se cayera de su oreja.
"Estoy bien, no se preocupe." Miras tu bebida a la mitad y con pasas con tu dedo, la orilla del vaso lentamente, y con la otra mano sostenías tu celular con una sonrisa. Querías sonar sobria pero, tu lengua se pegaba un poco a tu paladar inconsciente. "Me siento mareada." Tampoco sabías lo que decías.
"(T/N), mira, este chico dice que quiere bailar contigo." Jen casi se tropieza hasta llegar contigo, pero un chico de más o menos tu estatura, atractivo pero no de tu gusto; entre cerraste los ojos porque se te hacía conocido.
"Ya nos conocemos, de hecho, me llamo Yoshio." No te levantas de la silla, y bufas. Era el tipo que había asistido a una de las juntas hostigándote antes.
"¡(T/N), voy para allá!" Nanami dice finalmente y te cuelga. Guardas tu celular dejando de ver al tal Yoshio.
"Oh vamos amiga, él es el chico que te dije, que te había conseguido una cita a ciegas con él." Jen estaba colgándose del brazo del tipo y lo miras mal.
"Paso; me iré a casa." Tomas tu bolso dejando tu bebida en la barra, te levantas y en cuanto tus pies tocan el suelo, resbalas, haciendo que Yoshio te atrapase en sus brazos pero recuperas el equilibrio rápido, te alejas y alisas tu blusa con ambas manos.
"Anda, quédate un rato. Yo puedo llevarlas a su casa después." Su voz era chillona y molesta, todo lo contrario de Nanami.
"¡Que no!" Le gritas alterada. "No quiero nada que tenga que ver contigo." Miras a Jen sorprendida. Al parecer se le había bajado el alcohol y se cruza de brazos.
"¿Ya se conocían?" Tu amiga pregunta.
"No." Él dice mirándote con rencor.
"Iré al baño antes de irme." Sujetas tu bolso con fuerza y caminas sosteniéndote de la barra hasta llegar a la puerta del baño de mujeres.
Te miras al espejo y todo te daba vueltas, abres la llave y te mojas el rostro con agua helada, después la secas con papel e inhalas todo el aire que puedes. Lo retienes por diez segundos para ver si se te bajaba un poco el alcohol, pero nada. Lo exhalas aún sintiéndote mal.
