Se supone que entramos 7:30 al establecimiento. Se supone..
Eran 8:10 y con Hanna, estábamos esperando a Justin fuera para poder vengarme de Thomas.
Hanna: ¿Dónde mierda está?
- No lo sé, pero voy a matarl..
Justin: Hola -Aparece repentinamente detrás nuestro asustandonos a ambas-
- Dios, ¿Dónde estabas? Llegaremos tarde y sabrá que fuimos nosotros idiota
Justin: Esa es la idea.. -Sacando de su mochila un filoso destornillador- Aquí tienes
Sonrío relamiendo mi labio para luego pasar toda la punta por la pintura de su auto rayandolo completamente
Hanna: Dibujale un pito en el capot del auto -Ríe-
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Justin: Que hijos de puta somos
- Él es más hijo de puta aún.. -Respondo dibujando un pene con lujo de detalles-
Justin: ¿Y si le rompemos todos los vidrios?
Hanna: ¡Ay no! Justin... -Se acerca a él abrazándolo- Debes cambiar mí amor, no puedes ser tan malo
- No, con esto es suficiente -Suspiro observando lo decorado que había quedado su auto- Vamos, entremos a clases..
Los 3 entramos al salón, la profesora de biología que no nos perdona UNA, no puso ausente por llegar 40 minutos tarde. Pero valió la pena.
Luego de la clase, salimos al receso. Estaba en el buffet tranquilamente a punto de agarrar mi cupcake que había comprado pero unas manos me lo arrebatan antes de que pudiera tomarlo.
- ¿Qué mierda haces?
Tom estaba mordiendo mi cupcake mientras me miraba. Nate y Maddy detrás de él riéndose
Tom: Mmm -Se saborea- Muy rico, pero prefiero el de chocolate, así que la próxima vez cómprame uno de esos por favor
- Que imbécil
Nate: Hey, la boca Jenner -Frunce sus cejas- Estamos dentro de un establecimiento religioso, irrespetuosa de mierda
- Tú cierra la puta boca
Tom: Que boca sucia eres -Sonrie irónicamente- Quien lo diría que con esa boquita dirías cosas tan feas -Murmura mirándome los labios-
- Disculpe señorita, ¿Me da otro cupcake de limón por favor? -Volteo pidiendo amablemente a la chica que atiende el buffet-
Siento a Tom ponerse justo detrás mío, casi con su rostro apoyado en mi hombro, sus dos manos a mis costados apoyados en el mostrador y sintiendo su perfume que embriagó mis fosas nasales. Podría odiarlo pero jamás negaría que su perfume es sumamente exquisito.
