Habíamos decidido pasar la tarde revoloteando por cada rincón del hotel, claro que era muy grande y no lograríamos verlo todo en 3 horas. El pasillo que unía el vestíbulo con los ascensores estaba repleto de fotografías antiguas y otras muy modernas, estrellas de los 80, 90 y otros jóvenes de mi conocimiento, habían discos de vinilo colgados en forma de escalera que le daban un toque indie y fresco al ambiente. Aline y Peter habían sugerido una noche de copas en algún bar cercano, claro que no teníamos 21 años y no podíamos consumir alcohol legalmente, pero nadie hablo de legalidad y ya habíamos pensado en eso.
Cuando el reloj central marcó las seis en punto nos devolvimos a la habitación, con solo 2 baños y tres personas revoltosas y para nada ordenadas, arreglarnos iba a ser una travesía.
-Dejen de jugar- Me quejé. –O no saldremos de esta habitación nunca-
-Relájate un poco… Y tú, metete en ese baño y haz algo por tu fea presencia- Dijo Aline.
-Tampoco es que tú seas muy bonita, ojala que estar aquí tenga sus beneficios-Atacó Peter burlándose, con una risa chillona y muy aguda característica de él.
-¡LARGO!-
Mientras ellos dos discutían por cosas estúpidas y que producían dolor de muelas, un mensaje llegó a mi teléfono. Había estado esperando un nuevo mensaje de Andrew durante todo el día por lo que me decepcione al ver que el mensaje era de mamá, enviándome saludos desde casa y que recordara avisarles que estaba bien.
-¿No es de Andrew?-Preguntó Aline, viendo mi cara de decepción ante la pantalla de mi teléfono.
-No, es mamá. Que no olvidemos reportarnos-
-¿Qué tanto te atrae a ti ese hombre?-Preguntó Peter. Y que Dios me diera fuerzas para la charla de cachonderías que estaba a punto de oír de como conquistar a un hetero, porque si para algo era bueno Peter, era para decirme como amarrar un hombre según mi horóscopo y que sin duda, el sexo siempre sería mi aliado número uno.
-Tienes que dejar de actuar como una adolescente. Las adolescente son ridículas en estas situaciones, tu eres casi una mujer- Comenzó el- Es más, llamaré a uno de los muchachos para ir a tomar algo cuando ellos estén aquí.
-Tú no harás nada…-
-¡Ay mi reina, lo que te espera!- Se burló Aline, quién nunca había tenido la oportunidad de ser aconsejada por Peter con respecto al sexo masculino, al menos no de la forma en la que él lo hacía conmigo, era perturbador.
-Los odio- Me defendí. Metiéndome en el baño y dejando solos al par de urracas chismosas afuera mientras se reían de mí y de seguro organizaban un plan con carnada, flechitas y quien sabe, a lo mejor alguna muerte, ellos son así.
Mientras dejaba que el agua caliente fluyera desde mi cabeza hasta mis pies, comencé a repasar en mi mente la lista de cosas que tenía por hacer en estos 21 días, no era complicado, era más bien una lista cliché y monótona, pero tenía significado para mí. Una de las cosas sin duda era el Warped, iríamos solo Aline y yo, pues Peter seguía amarrado a sus gustos musicales de viejitos o le era demasiado fiel a Lady Gaga como para oír otra cosa. En el Warped volvería a ver a Andrew -y al resto de los muchachos- me recordé. Otra de las cosas era conseguir que alguien importante leyera algo de lo que había escrito, yo estaba decidida en ir a la universidad por supuesto, mi meta era la facultad de ciencias médicas, pero mi pasión estaba en las páginas de los libros, en las líneas que había escrito durante años, algo insignificante quizás pero era importante para mí. Mientras seguía revisando mentalmente mi lista, decidí agregarle otra cosa, era fácil pero debía ponerlo en marcha desde ya…”No pensar en Andrew Velasquez”.
15 minutos más tarde, me había maquillado con un poco de delineador negro y un escaso rubor en mis pómulos, un labial rojo muy seco y listo. Me miré al espejo y me susurré que era hermosa, pues así me sentía y me tomó un duro trabajo sentirme así. Una toalla blanca tapaba mi cuerpo, ahora estaba moldeado y era más fino, tenía músculos y ya no era un saco de grasa, estaba jodidamente orgullosa.
Gire el pomo de la puerta sin mucho cuidado, sosteniendo la toalla blanca contra mi piel dejando que mi cabello cayera en cascadas hacia atrás. No me había percatado de que otras voces hacían ruido en la habitación hasta que salí semidesnuda para encontrarme con un Andrew sonriente y un Brandon burlista quien jugaba con el pelo de Aline mientras Peter sonreía satisfecho desde una esquina.
-Demonios- susurré -¿Qué hacen ustedes aquí?- Estaba atónita y el rojo de mis labios no se comparaba con el rojo que ahora tenía mi cara, estaba casi desnuda en presencia de dos hombres, casi desconocidos, llenos de testosterona… Estaba casi desnuda al frente de Andrew, morir sería más fácil.
-Lo siento, no sabíamos que estabas en el baño- Dijo Andrew. Falló tratando de ocultar su risa.
-Pueden irse… ¡AHORA!-
-Pero ¿por qué?- Dijo Peter, tan igual de rojo como yo pero este no era rubor, se estaba ahogando de la risa.
-De acuerdo, nos iremos para que te vistas ¿cierto, Andrew?- Intervino Brandon, sin preocuparse un poco en ocultar lo bien que lo estaba pasando viéndome en esa situación.
-No te avergüences, luces increíble- Dijo el, empujando a Brandon hacia el pasillo. Una sonrisa de complacencia se dibujó en su rostro y antes de cerrar la puerta, viéndome fijamente, volvió a guiñarme un ojo. Jesús, estas cosas NO pasan.
-¿ME EXPLICAN?-
-Estúpida mujer, no grites- Comenzó Aline para escudarse, pero la risa no la dejaba- Recibiste un mensaje de Andrew mientras te bañabas diciendo que ya cte había llegado a los ángeles y preguntando en que hotel estábamos… Peter se encargó del resto.
-¿Están conscientes, de que fácil pude haber salido desnuda?-
-Te dijo que te veías increíble, ¿de qué carajos te quejas?- replico Peter. Debí haber imaginado que en su pequeño cerebro malévolo habría un plan como este.
-No lo sé… Ahora, MUEVANSE A ARREGLARSE-
Media hora más tarde y con mi histeria sanguínea nivelada ahora a un 30% estábamos todos arreglados, Aline se había puesto un vestido negro ceñido, el cual le resaltaba sus largas piernas, su pelo azul estaba recogido en un moño alto y sus labios estaban pintados con un vinotinto oscuro, Peter lucía bien y no apestaba a perfumería esotérica, llevaba un perfume increíble, que si fuese hetero, ya tuviese a cientos de chicas a sus pies. Yo me resumía en un vestido gris ceñido y vans negras, nada especial, el cabello suelto y un rojo en mis labios.
Al salir al pasillo, luchaba para que mi corazón controlara su pulso o en el cualquier momento mis vasos sanguíneos se volverían a dilatar manchando de rojo mi cara de nuevo. Para mi suerte y al mismo tiempo mi desgracia, en el pasillo no había nadie, no había rastro de Andrew ni de Brandon ni de ninguno de los chicos. En el ascensor mi teléfono vibro con la llegada de un mensaje…”Los esperamos en el vestíbulo, espero te hayas cambiado esa pequeña toalla blanca, no queremos miradas sobre ti esta noche…”. El mensaje era de David y fue un acto imposible tratar de no poner los ojos en blanco ante el mensaje, Andrew o Brandon ya habían dicho que me habían visto en pieles, que horror.
-Los muchachos están por allá- Me dijo Aline –Espero no vuelvas a desnudarte-
-Ocúpate de tu vida- Dije recordando el momento mientras oía la irritante risa de Peter a mi lado.
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Madness is everywhere
FanfictionHillary era una persona repleta de sueños y temores que complementaban la simetría de su vida, era así de basico, soñadora y realista. Luego de haberse graduado del instituto ella se dirige hacia Los Angeles junto a Peter y Aline en busca de un luga...