-Hey tu ¿Cómo va todo?- Era la voz de mamá al otro lado del teléfono.
-Hola…- Suspire agotada pero alegre de oír su voz –Estaba a punto de ir a dormir, este día ha sido largo y caótico, estoy esperando ansiosamente que mañana sea menos agotador-
-Es Los Ángeles, cariño. Todos los días serán agotadores-
-Lo sé…-
-Te dejaré dormir, papá y James te envían un beso. Saluda a Aline y Peter; y por favor compórtense-
-Lo haremos, te quiero- Colgué mientras fijaba la mirada en la pantalla del teléfono. Mi cerebro se debatía entre escribir o no un mensaje para Andrew, estaba confundida, solo 2 días conociéndonos y ya mi cabeza era un desastre. Me sobresalté al ver que un mensaje de él había llegado –Demonios- susurré.
…”Pequeña, de seguro ya estarás dormida o quién sabe, espero tengas un grato sueño está noche, lo necesitas. Nos estaremos viendo, ¿cierto?”…
-¿Le respondo o no le respondo?-
-Respóndele, estúpida-Dijo Aline. Me sorprendí al oír su respuesta, pues no me había dado cuenta de que estaba pensando en voz alta.
-Estoy confundida… Le responderé en la mañana-
-Gallina- Replicó.
Sin darle más vueltas deje el teléfono a un lado y caí rápidamente en un profundo sueño, deje que la oscuridad que me acompañaba me absorbiera, estaba cansada, tan cansada que no sentía el efecto de toda la cantidad de cervezas que había ingerido en toda la noche.
Me encontré de pronto en una habitación oscura, alumbrada tan solo por un par de velas blancas y otras dos rojas, una en cada esquina –Freak- Pensé, recordando un capítulo de American Horror Story. En el suelo había una carta con mi nombre y el vello de mi espalda se erizo ante esa visión -¿Qué demonios es todo esto?-Susurré. Cerré mis ojos y al segundo que los abrí estaba atada a una silla sin poder mover mis manos o mis pies, pero no tenía miedo. La carta que contenía mi nombre seguía allí pero ahora estaba abierta y solo contenía una nota garabateada rápidamente…
…”Tú no sabes lo que es tener una obsesión por alguien, como yo la tengo por ti”…
Sentí un pánico terrible atravesarme todo el pecho y mi sudoración no tardó en empaparme la espalda, estaba helada. Por algunos minutos solo había un inquietante silencio y la luz que ofrecían las velas solo hacía que mis nervios se dispararan más y más, unos minutos después oí un grito desgarrador pidiendo auxilio, mi reacción fue llorar, presa del pánico y la desesperación, quería con todas mis fuerzas correr o taparme los oídos pero no podía, cerré mis ojos con fuerza pero no servía de nada. La situación era desesperante, estaba atada y de espaldas a la única puerta de entrada y de la salida pues en esa extraña habitación no había ninguna ventana. Pronto oí el ruido del pomo girando y una respiración agitada, parecía un hombre, de quién no quería conocer el rostro.
-Me muero por verte sonreír para mi esta noche-Dijo el, con una voz rasgada y torpe, seguía de espaldas a mí. Luego oí sus pasos de un lado al otro de la habitación cuidándose de no aparecer ante mis ojos, estaba cuidando muy bien su anonimato pero no sabía para qué o por qué. Sentí como se quedó parado detrás mío, estático y rígido, no producía ningún sonido aparte de su respiración. Oí como un objeto metálico se estrellaba contra el suelo con un golpe seco, me aterró la idea de que ese hombre tuviera un arma y de lo que pudiera hacerme, yo estaba vulnerable, no tenía como defenderme y eso, produjo unas nauseas horribles dentro de mí pero me contuve para no vomitar aun cuando las arcadas amenazaban con debilitarme y hacerme expulsar todo en cualquier momento.
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Madness is everywhere
FanficHillary era una persona repleta de sueños y temores que complementaban la simetría de su vida, era así de basico, soñadora y realista. Luego de haberse graduado del instituto ella se dirige hacia Los Angeles junto a Peter y Aline en busca de un luga...