Ente (Bucky Barnes y tú) [MARVEL]

Capítulo 1

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Brooklyn, 2023

La vida en Louisiana era envidiable y hogareña, pero Bucky siempre perteneció al distrito de Brooklyn y tenía que volver al trabajo. Ahora con todos los nombres tachados de la lista podría dedicarse a su futuro, un futuro que en un pasado le fue arrebatado injustamente.

La calle donde se crió estaba muy distinta. La gente paseaba con normalidad y algunos niños que le llamaban la atención emocionados por ver al Soldado de Invierno, pero ya no lo era más. Ahora su nombre volvía a ser Bucky.

Había recorrido muchas veces esa calle con su familia y con Steve, antes de todo. Antes de quedarse solo, se convirtió en un recuerdo muy bonito que ya no era desagradable de pensar, ni siquiera doloroso.

Llegó a su edificio, no era el mismo en el que vivía, pero estaba casi al lado. Sacó las llaves del bolsillo para abrir el portal, pero una floristería en frente de la calle le llamó la atención.

La floristería tenía nombre. En el rótulo ponía Floristería Valeria y parecía bastante antigua. Una mujer joven estaba recogiendo los cestos llenos de flores hacia dentro para cerrar la tienda.

Bucky se rascó la nuca y miró hacia los ambos lados de la carretera. Le causó curiosidad aunque vio la tienda otras veces nunca le llamó la atención. Pero ese nombre, Valeria, le sonaba.

Cruzó un momento y vio una pequeña placa al lado de la puerta: desde 1942. Entreabrió los labios y metió las manos en los bolsillos, pensativo, hasta que vio que la dependienta lo atendía.

—Hola, vamos a cerrar pero puedo atenderle en un momento —le informó amablemente, recogiendo la última cesta.

—No, yo solo estaba mirando... —sonrió levemente— pero si pudiera entrar un momento para ver la floristería por dentro sería genial.

—Espere, yo le conozco —la chica entrecerró los ojos, cayendo enseguida— usted es Bucky Barnes.

—Vaya, me alegra que me reconozcas por mi nombre —dijo algo más animado.

—Hay una leyenda negra en mi familia con usted. Cuando mi abuela y yo lo vimos vivo casi que no lo creíamos.

—¿Una leyenda negra?

Ambos entraron en la floristería. Bucky seguía a la chica, que guardó la cesta de flores detrás del mostrador.

Observó el local por dentro. Tenía bastantes flores de muchos tipos y colores, todas olían muy bien, además tenían elementos decorativos para el hogar. La pared era de ladrillo visto, muy antiguo, el local no había sido reformado. De hecho, recordaba haber visto la escalera de metal que poseía la tienda en otro sitio.

—Una leyenda negra con ella —señaló con la cabeza hacia la pared de enfrente y Bucky se quedó observando un largo rato el enorme dibujo que mostraba a una mujer de pelo y ojos castaños ilustrada en un avión de guerra de la Segunda Guerra Mundial.

Se echó un poco hacia atrás y se le secó la garganta. Esos ojos lo estaban mirando como si tuvieran vida. Reconocería esa mirada en cualquier lado, pero... no sabía exactamente en qué situación, ni de quiénes eran... no podía dejar de mirarla, y solo era una pintura en un avión.

¿Quién era esa mujer? ¿Por qué le hacía sentirse así?

—¿Siempre observa tan fijamente? —preguntó la chica, sacándolo de sus pensamientos.