Capítulo 12

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Perdón por la tardanza, me sentí algo bloqueada sobre cómo continuar, pero ¡Aquí está!

Queda poco para el final :)

El viaje en avión hacia Nueva York fue silencioso e inhóspito. Shuri no pudo acompañarlos, tenía asuntos pendientes en Wakanda que atender. Pero se tomó la molestia de crear una identidad falsa para Valeria, por si acaso.

Bucky la observó desde su asiento. Estaba sedada para que no notase el viaje y permaneciera dormida y calmada. Desde luego, le debía una a Shuri, y le había prometido que se haría cargo de ella en todo momento. Ella era su responsabilidad.

Ahora no sabía qué era lo que iba a pasar. Pero Valeria al menos tenía familia y tenía que reunirse con ella.

...

Llamó a Alma para contarle lo sucedido desde una cabina de teléfono de Wakanda, antes de partir. Toda precaución era poca.

Al principio ella pensó que estaba bromeando, pero luego escuchó el silencio de Bucky y ella lo acompañó. Y aunque no lo conociera de hace mucho, sabía que estaba diciendo la verdad, así que... decidió recibirlos en el aeropuerto.

Bucky cargó a Valeria cuando bajaron del avión y toda la tripulación de Wakanda les deseó buena suerte.

Luego de acomodarla en una silla de ruedas, Bucky se agachó un momento mientras que cargaban las maletas.

—¿Estás bien? —apartó su pequeño flequillo con la mano, intentando buscar un poco de Valeria en sus ojos, pero estaban vacíos— hemos llegado a Brooklyn.

Suspiró y se la llevó. No podía negar que tenía un gran cansancio mental, y aunque no lo pareciera, aún no había podido asimilar ciertas cosas.

Iban atravesando puertas y pasillos con otros pasajeros de otros vueltos, hasta que en el recibidor vio a Alma. Estaba expectante por lo que vería, y cuando observó cómo estaba Valeria, comenzó a llorar.

Se acercó enseguida a los dos y se agachó para verla.

—Dios mío... —la tocó por todas partes para saber si era real— espero que hayáis tenido un buen vuelo... —sonrió con lágrimas, mirando a Bucky.

—Sí, fue bien —sonrió de medio lado, algo dolido.

—¿Valeria? —comenzó a hablarle— soy Alma. Tu sobrina nieta... Sé que has pasado por muchas calamidades, pero me alegro de que el destino nos haya juntado... y nos hayamos podido conocer.

Valeria no reaccionó y Alma miró a Bucky desesperada. Este le negó con la cabeza y ella se levantó, enjugándose las lágrimas.

...

Alma los llevó en coche hasta el barrio en el que habían vivido años atrás. Nadie dijo una palabra durante el viaje, Bucky y Alma intentaban de procesar el tener de nuevo a Valeria en sus vidas.

Alma aparcó y ayudó a Valeria a salir junto a Bucky y fueron a la floristería. Se colocaron justo en frente, viendo la fachada.

—¿Recuerdas esto, Valeria? —preguntó su sobrina— la última noticia que tuviste de la floristería, es que cerró por la guerra... pero tu hermana consiguió abrirla y le puso tu nombre.

Bucky estaba con las manos metidas en los bolsillos, escuchando.

—Y la abuela Miriam sigue viva. Luego te reencontrarás con ella.

Valeria alzó un poco la cabeza como reacción y ambos se miraron, sorprendidos. Había hecho un gesto y eso era realmente bueno. Llevaba semanas sin hacer o decir nada.

—Creo que necesita descansar un poco —finalizó Alma— demasiadas emociones por hoy...

—Sí, y yo debería de ir a hablar con mi terapeuta... —Bucky se rascó la cabeza, a lo mejor lo estaban buscando por incumplimiento en las visitas con la doctora Raynor— puedo... ¿Puedo volver mañana?

—Por supuesto que sí. Es más, creo que ella te necesita, aunque no lo diga...

...

Bucky se acostó en la cama después de una larga ducha y de hacer una llamada para ver cómo estaba Sam, que había abandonado el hospital hacía unos días y había vuelto a Louisiana con su familia.

No tuvo demasiadas ganas de hablar, sólo era para saber si estaba bien. No le informó más sobre Valeria, tal vez él le guardaba rencor.

Miró al techo y sabía que no iba a poder dormir, por lo que abrió su cajón de la mesita de noche y se tomó dos tranquilizantes que tenía de un bote sin estrenar...

Lentamente, se quedó dormido.

Ente se colaba entre los pasadizos secretos del Vaticano, vestida con un uniforme escolar y caracterizada como si tuviera diez años.

Tenía una misión que completar y nada podía pararla.

Abrió una trampilla que la conducía a la habitación del actual Papa y lo esperaría tumbada allí, en la cama mientras se abría de piernas para él.

Su gusto por los niños no era un simple rumor.

Alguien entró a la habitación, era su objetivo. Le preguntó por su edad, le tocó la cara como si fuera una muñeca y abrió su camisa de par en par sin permiso, pero Ente solo le sonrió, invitándolo a tumbarse junto a ella.

No tuvo más remedio que recibirlo y mientras embestía contra ella y jadeaba como un cerdo en su cara, lo mató a quemarropa disparándole en la cabeza.

—Lo has hecho muy bien. Vámonos.

Él le apartó el cuerpo de encima y la tomó de la mano para volver a la trampilla.

El trabajo estaba hecho, pero, ¿A qué precio?

Bucky se levantó jadeando y sudando frío en mitad de la noche, dando grandes bocanadas de aire. Esperaba que eso sólo fuera una pesadilla, sí, sólo eso...

Se giró para levantarse y se asustó al encontrar una figura frente a su cama, como si estuviera sufriendo parálisis del sueño y se encontrara con el demonio.

Pero... solo era Valeria. Se había escapado de casa.

—¿P-Pero qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?—se levantó y la tomó por los hombros. Tenía un pijama puesto, pero estaba fría. Sus pies estaban descalzos.

No dijo nada. Era como si estuviera sonámbula, pero Bucky sabía que no era así.

Tomó su sábana y se la puso por los hombros para calentarla.

—Supongo que si has venido es porque quieres quedarte aquí...

Miró el bote de las píldoras. Valeria no podía dormir sin medicación, así que le dio una con un poco de agua que ella tomó.

Bucky pensaba que si estaba con ella, se sentía más seguro. No sabía el por qué. Pero le gustaba estar a su lado y saber que más o menos, estaba bien.

La acostó a su lado en la cama. Le acomodó la almohada y le acarició el pelo para que se quedara dormida. Todo era cuestión de que pudiera reaccionar poco a poco.

Cuando Valeria cerró los ojos, Bucky suspiró aliviado. Pasó su brazo por su espalda para que se sintiera más cómoda y protegida. Pero no sabía qué más hacer para que fuera suficiente.

Tenía miedo de que nunca se pudiera recuperar.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2021 ⏰

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Ente (Bucky Barnes y tú) [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora