Capítulo 2

176 22 4
                                    

En honor a la novia española de Sebastian jajajaja.

Alma colocaba las flores fuera del local para que los clientes vieran los arreglos y la mercadería de la que disponía. Puso las manos en sus caderas al ver que todo estaba listo y abrió la tienda de cara al público. Solo eran las nueve de la mañana cuando vio a Bucky cruzar la carretera e ir hacia ella.

Miró el reloj de su muñeca para confirmar la hora y lo recibió amablemente.

—Sabía que vendrías, pero no tan temprano.

—La verdad es que ya no podía esperar más. He venido aquí en cuanto me he despertado —confesó algo angustiado— he... creo que he soñado con ella.

—¿De verdad que no te acuerdas de nada? —preguntó Alma.

—No. Trato de hacerlo, pero... —Bucky negó con la cabeza, ladeando la sonrisa— es como si una niebla espesa cubriera mi mente.

—Supongo que es normal. No puedes estar bien del todo después de lo que te ha pasado —Alma miró hacia los lados, tan temprano no habría mucha clientela— ven, vamos adentro.

Bucky siguió a Alma hacia una mesa de metal pintada de blanco. Abajo tenía un segundo fondo con varias cajas y sacó una de ellas, pero primero dejó al exsoldado hablar.

—Puedes preguntarme lo que quieras. Tengo casi todas las respuestas. Siéntete libre —ofreció.

—¿Ella se llamaba Valeria? —preguntó, aunque sonó como un susurro.

—Sí —Alma se lo confirmó, como era de esperar— no creo que lo recuerdes, pero la floristería cerró al poco tiempo de abrir. La guerra afectó a mi familia, y cuando mi tía abuela desapareció, mi abuela reinauguró la floristería con su nombre. Le costó mucho trabajo hacerla resurgir, pero... lo consiguió.

—¿Nadie sabe qué le pasó? ¿Ni un testigo? —Bucky comenzaba a angustiarse.

Alma negó con la cabeza y abrió la caja. Parecían ser varios documentos con respecto al caso. Fue buscando hasta encontrar un cartel antiguo con una foto y un retrato robot de Valeria. Se lo dio a Bucky y él lo observó con detenimiento.

—Valeria se fue a trabajar a Reino Unido mientras que mi abuela se quedaba en casa. Ella era la mayor —señaló su fecha de nacimiento y la localización en el cartel— solo tenía dieciocho años cuando desapareció.

—No se pudo hacer mucho más, supongo —sonrió con tristeza, devolviendo el cartel con su brazo de vibranium.

—Nadie supo nada más.

Alma vio a Bucky tan triste. No la recordaba pero tenía un sentimiento por ella y eso no se podía borrar con nada. Suspiró y sacó una fotografía de la caja, dándosela.

El castaño tomó la fotografía y abrió los ojos sorprendido al verse en ella junto a Valeria. Los dos estaban bailando juntos en una fiesta, él con su uniforme de soldado y ella con un elegante vestido. Sin razón aparente comenzó a dolerle la cabeza y se llevó la mano a la frente en silencio.

—Señor Barnes —Alma le llamó la atención— no merece la pena saber más sobre esto. Valeria fue declarada muerta en el 92 —lo intentó consolar— has tenido una segunda oportunidad, debería de concentrarse en otras cosas como en encontrar trabajo o formar una familia.

Bucky se quedó sin saber qué decir, pero tenía razón. Lo más lógico es que hubiera fallecido, aunque en el fondo sentía un vacío que le decía que quedaba algo más detrás de todo esto.

—Lo sé —Bucky le devolvió la fotografía pero Alma la rechazó.

—Te la regalo.

—Yo... —abrió los ojos sorprendido —muchas gracias.

Ente (Bucky Barnes y tú) [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora