Abrirme A Mis Deseos

284 48 4
                                    


.

. .

. . .

"Me ofreciste un momento y yo lo tome. Me aferre con uñas y dientes para permanecer a tu lado, sin importar nada. Tengo mucho que agradecerte porque me ayudaste a abrirme a mis deseos, me ayudaste a dejar atrás la pesada carga emocional que me hacía conformarme y ajustarme a las necesidades de otros y no a las mías."

. .

.

Concentrada en la revisión de una pila de pergaminos ni siquiera nota que alguien la observa desde el marco de la puerta abierta. Es hora del almuerzo, el Departamento de Aplicación de Leyes Mágicas esta prácticamente desierto a excepción de la jefa de área, que suele comer incluso en su lugar para adelantar pendiente.

Dedicada como siempre, disfruta su trabajo sin importar lo demandante que este sea. Absorta en su lectura no se percata de que tiene compañía hasta que ya es demasiado tarde.

La puerta es cerrada despacio para no hacer ruido alguno. Un simple hechizo para insonorizar y bloquear, garantizando que no serán interrumpidos.

Sus ojos brillan anticipando, saboreando ya el triunfo de acorralar a su presa. Sus movimientos fluidos son calculados. No aparta su mirada de su rostro, apreciando cada rasgo en sus bellas facciones. La nariz salpicada de pecas, las largas y rizadas pestañas, las suaves hondas de sus cabellos descansan en sus hombros y espalda.

Cuando advierte su presencia esta a pocos pasos de distancia. Puede leer la sorpresa, sus ojos color miel se abren, sus labios se separan ligeramente como si buscara alguna palabra que al fin se atora en su garganta.

Le mira fijo a penas parpadeo, le lleva unos segundos recuperarse. Percibe como va construyendo muro a su alrededor, sus facciones se ponen rígidas antes de suspirar largamente. Deja la pluma en el tintero, tratando de ocultar el ligero temblor en su mano.

Trata de mostrar una tranquilidad que no siente. A pesar de todo con los años a aprendido a mantener una fachada los suficientemente buena para mostrarse imperrima ante circunstancias estresantes.

Girando un poco su silla lo enfrenta.

-Hola Theodore. -Saluda, logrando que su voz no se quiebre.

Una sonrisa radiante se forma en los delgados labios de Nott ante el saludo.

-Hermione. -Contesta.

Como todo un caballero corta la distancia para tomar su mano, colocando un suave beso en el dorso de su mano, tratando de entretenerse para sentir la suavidad y el calor de su piel contra sus labios.

La castaña retira su mano, entrecierra sus ojos sin tratar de ocultar su incomodidad.

-¿Qué haces aquí? -Pregunta tajante, mirándole directo.

-¿No puedo visitar a una vieja amiga?

Hermione se rio con sorna.

-¿Enserio? -Pregunta con sarcasmo.

-Por supuesto, somos amigos. -Afirma con una chispa de enfado en sus ojos azules. -Pasamos por mucho juntos.

-Tiene razón, -Admitió- Pasamos por demasiadas cosas. Pero creo que saltamos de ser conocidos cercanos a amantes y después, nada. Ni siquiera se porque estas aquí, creo que fuiste bastante claro la ultima vez que nos vimos.

Dos Tipos de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora