Encanto

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—Me parece demasiado extraño—. Shisui lo miro fijamente como a sabiendas que le ocultaba algo.
—Sasuke no es de los que huyen—.

—Eso hizo— Dijo Madara mientras inspeccionaba toda la correspondencia que tenia.

—¿Que le hiciste?—

—Da igual lo que le haya echo— esbozo una sádica sonrisa.

Shisui apreto los puños y su mandibula, Sasuke jamas se iria sin un motivo. ¿Que tan fuerte fue lo que le hizo?
Ya lo descubriria pero por ahora opto por retirarse.

—Shisui—.

Este lo miro por debajo del hombro. —Que?—

—Tu ocuparas su lugar—.

—Me rehuso—. Salio de alli sin más. Con sus manos llevo su cabello hacías atrás como si esto lo ayudara a pensar mejor. Tenía que encontrarlo, tenía que buscar unas respuestas aunque eso le trajera mas problemas.

¿Por donde podría empezar a buscar? Sasuke no era de los que huían, era determinado, y sobre todo destacable. Que o quién habría podido hacer que se fuera. —Niño insolente.
Empezó buscando por su habitación, para su mala suerte estaba todo organizado y en su lugar. Donde podría empezar. Busco en los lugares obvios, y en los lugares más impredecibles, para su mala suerte. No había nada, solo un pequeño libro negro, lleno de polvo. No sabe en qué momento volvió todo un desastre, y solo se dejó caer sobre la cama con el libro en la mano, el cual después de un suspiro empezó a analizar. Muy sucio, y roto. —Que?
Exacto, era tan organizado que no podía ser de Sasuke. Optó abrirlo y revisarlo con la esperanza de que dijera su paradero, o por lo mínimo una señal de donde empezar a buscar, ojeo unas cuantas paginas y por un momento pensó que era un diario pero no era uno. Más bien solo eran frases, sin fechas, sin lugar y sin firmas...

"Dios, si en realidad existes, por favor...Ayúdame."

°•^°•^°•^

Naruto sintió el calor del sol entrando por su ventana, se levantó de golpe viendo a su alrededor tratando de asociar que era realidad y que no. —Dios—. Dijo, viendo el guante de su maestro al lado. No podía creerlo. Que paso? No recordaba con claridad. Busco su uniforme y salió de su habitación, caminando apresurado por que si algo sabía es que llegaría tarde. Acomodo su cabello, arreglo un poco su uniforme y justo se detuvo a milímetros de la puerta. ¿Que iba a decirle? ¿Como iba a mirarlo? —Vamos, muévete dijo para si mismo pero es como si su cuerpo hubiera quedado en shock. Antes de que pudiera reaccionar, las puertas se abrieron con un ademán de Kakashi, este se encontraba con los brazos cruzados analizándolo de arriba abajo, odiaba cuando hacía eso, se sentía expuesto ante su mirada, se sentia sumiso, se sentía bien...

—¿Que estás haciendo Naruto?

—Nada—. Respondió rápidamente —Es sólo que...

—La primera regla de esta orden es que debes obedecer mi palabra antes que todo. Y lo primero que te he enseñado es no confiar en nadie— Se paro de su silla y mientras daba pasos lentos hacia el rubio prosiguió —¿Como pudiste caer en algo tan estúpido? ¿Como mi mejor arma puede quedar tan indefensa?

Tenía razón, como pudo hacer algo como eso. No tenía una respuesta, simplemente desvió la mirada. Se sentía apenado.

—Te hice una pregunta.

—Lo siento.

Las puertas se cerraron de golpe y esta era una de las pocas veces que no disfrutaba de la compañía de su maestro. —Fue un error.

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