Los meses avanzaron casi tan rápido como una canción por la radio en una tarde de verano.
Kou miraba atentamente su celular encontrándose recostado de cabeza en ese sillón en un rincón de su casa.
Sus pies sobre el lugar donde la gente posiciona sus cuellos, su espalda se encontraba enderezada dejando caer su cabeza al finalizar los almohadones donde se recostaba, con una manta acariciando levemente su pálida piel.Jugaba con su cabello, apartandolo de su propia frente, fijando su visión en su celular en espera de una nueva llamada de las que recibía constantemente pero parecía no tener respuesta.
En 2 meses hubieron 4 llamadas del número de Mitsuba, y todas siempre eran la misma tonada alegre e inocente que lo hacía querer gritar de la impotencia de sentir que le tomaban el pelo.
La policía no le había creído, y realmente, inclusive Kou no podía confiar en que eso fuera real o una simple fantasía suya, o una broma de mal gusto de algún psicópata.
Frente a él, su celular se pocisionaba en una pequeña mesita junto con lo que utilizó para estudiar.
Una pequeña hilera de humo ondeaba desde su pequeña taza de té de cristal entre las hojas de la carpeta del estudiante que no asistía a aquel colegio desde que la policía lo interrogó y se anunció la desafortunada noticia que rompió su alma. No se presentó con fuerzas, ni el más mínimo deseo por lo que su hermano prefirió darle su debido espacio, comprendiendo la situación; la muerte era algo complejo, más una incompleta que se transformaba en una esperanza casi perdida en un porcentaje mediocre para que este volviera, pero, aferrarse a él era la peor tortura, una espera quizás eterna que solo lo desesperaba más y más.
Sus calificaciones bajaron, pero no le importaba, su mente estaba perdida entre aquel caso policial tratado con la misma negligencia que el mundo criticaba con razón.
Una esperada vibración alertó al chico que tomó su teléfono antes de que su tono de llamara comenzará, contestando a ciegas por su necesidad.
—¡Mitsuba!— anunció con desespero escuchando la voz de la mujer que hasta ese día, estaba devastada por la desaparición de su hijo.
—Kou, lamento interrumpirte...— murmuró débilmente alertando al decepcionado que no comprendía aquel estado de ánimo, ¿había estado llorando hasta dejar que su garganta temblará de aquella forma? —Tengo noticias...
—¿Por qué lo dice tan desanimada...?— cuestionó sin creerse que las cosas serían sencillas, para su mala suerte, las cosas no eran así.
—Porque...— tomó una entre cortada bocada de aire armandose de fuerza para tratar de hablar sin que su voz se interrumpiera por la falta de oxígeno —...Fui a ver como continuaba la investigación de Mitsuba pero... los oficiales me dijeron que lo más probable era que ya estuviera muerto y que, era imposible que no ubiera dado nisiquiera una señal de vida en estos meses... P-Por lo que...— Kou rogaba para no escuchar lo que tamía. El ambiente se detenía, repentinamente la lluvia había detenido su agresivo y constante golpeteo contra el techo de la casa de los Minamoto, como si una explosión se encontrara cerca de suceder —...Han abandonado las esperanzas de encontrarlo...
La lluvia volvió agresivamente tal como el rubio pudo sentir que su corazón era roto, una y otra vez de forma lenta, agrietandose y dejando caer más y más sus pedazos que ya ni podrían recuperarse de una lucha de sentimientos constantes que había terminado por llevarlo a ese rencor que canalizaba quizás todo su odio.
ESTÁS LEYENDO
Music Phone. ; Mitsukou
Mystery / Thriller"-Contesto el teléfono y lo único que escucho es musica..." Mitsuba se encuentra desaparecido desde aquella noche de otoño, sin señales de vida o muerte más que misteriosas llamadas a su mejor amigo aunque estas sean simplemente música en una calida...