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Hace un tiempo.

—Kou, ¿por qué sigues intentandolo?— preguntó Mitsuba viendolo con aquellos aires de superioridad que lo caracterizaba de cierto modo, mientras el rubio se perdía en la escritura que realizaba su bolígrafo de tinta carbonizada, que se secaba a los pocos segundos de ser vertida en la hoja.

Las ventanas dejan ingresar aquella cálida luz apesar de encontrarse los cristales empañados por la división de temperatura que realizaba entre aquel ambiente de invierno y la calida academia en la que los jóvenes estudiaban en lo que cabe.

Mitsuba asomó su cabeza, inclinandose levemente para leer lo escrito en la zona superior de la hoja permitiendo que su bufanda recayera en la mesa de su amigo, enfocando su atención en las letras que formaban el nombre de aquellos idiotas de su curso que reían a carcajadas frente a ellos, sin hacer nada de provecho.

Era clara la situación; abusaban de una persona que solo quería ayudarlos, y claramente, eso le asqueaba al pelirosado que ya había perdido la fe en socializar y solo estaba satisfecho de que no recibiera burlas.

—¿De nuevo?— cuestionó sabiendo que no era la primera vez que hacía eso después de todo, por lo que quizás esa era la razón por la que más le dolían dichas acciones por parte de Kou.

—Solo están estresados, es mucha tarea y es mejor que no tengan problemas.— aclaró sin dejar de escribir las respuestas que el ya había hecho con esfuerzo en su hogar.

—Sí, claro que no los tendrán, pero los tendrás tu, ¿no?— dicha frase irónica hizo que el ojiazul se detuviera considerando sus palabras —Es claro que están abusando de tu amabilidad.

—¡Claro que no! En mi primar-

—Ya no estás en tu primaria, y ya no eres el amigo de todos al que todos quieren.— afirmó duramente sabiendo que era la única forma de hacerlo recapacitar en sus acciones de sumisión ante personas que enrealidad eran la misma o peor mierda que el resto.

El silencio se hizo presente entre los amigos que simplemente se dedicaron a asimilar dicha situación, las cosas habían cambiado, más para el rubio.

—¿..Cómo pudiste estar así toda tu vida..?

Aquella pregunta generó una descarga eléctrica hacia el chico contrario que conectó su mirada con la azulada al este levantar la cabeza mostrándole sus lágrimas que fácilmente salaban su rostro empapando sus propias mejillas.

—¿¡Cómo una persona puede estar sola?!— Mitsuba sintió el dolor en el voz del chico quedándose helado ante este, era similar a un hilo, uno que era tirado por sus propios problemas que hacían que su aire le dificulte mantener nivelado el tono de su voz. —¿¡Cómo pudiste soportar algo tan horrible como lo es ser molestado y dejado de lado tantos años?!— Recriminaba dejando caer sus lágrimas sin importar cuántas miradas obtuviera de los demás estudiantes de su clase dentro de las barreras contra el frío de las instalaciones escolares, solo dejaba salir lo que sentía dejando que su voz se dejara dañar por sus propios sentimientos. Emociones tan negativas como aquellos meses que pasaba en esa secundaria. Temblaba dejando un garabato inentendible en ese papel que había quedado arruinado por él mismo y su falta de pulso. —Y-Yo nisiquiera puedo asimilar ahora que estoy... estoy solo...— finalizó sin más viendo con desespero la mirada del chico que solo seguía indiferente, sin rebajarse a nadie por su propio ego que había aprendido a sobrevivir por años.

Music Phone. ; MitsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora