Cuentos de una Loca Cuentacuentos

La Odisea de una Pequeña Pirata

Esta historia comienza con el sonido de las olas, y el viento refrescante del mar al anochecer, donde hay un gran barco anclado a una isla tropical, y donde una pequeña niña enciende una vela dentro de su habitación, en la parte baja del mismo barco.

"Entonces el gran y malvado hombre hongo sintió remordimiento en su inexistente corazón..."

Fue lo que escribía la pequeña, pues con una pluma y un bote de tinta esta se entretenía narrando para sí misma en las largas noches que no podía dormir.

Toc! Toc!

Fue el sonido que la interrumpió, provenía de alguien tocando en su ventana, lo raro era que el barco estaba alejado de la playa, por lo que pensó que se trataba de un ave, entonces fue a revisar y abrió la ventana.

"¡Buenas noches, ribbit!" Dijo una criatura detrás de la ventana.

"¡Oh! ¡Hola, Nenu...!, ¿Puedes bajar la voz? Es algo tarde ya..." Respondió la niña, pues reconoció a esta criatura.

Se trataba de la mejor amiga de nuestra protagonista, una supuesta ninfa del mar. Esta venía a visitar a la chica, a menudo por las noches, pues los marineros no tienen una buena relación con las ninfas, por ello tenía que estar oculta.

"¡Claro! Ribbit, quiero decir, claro... ¿Quieres conversar?" Le dijo Nenu a la niña. "Es una noche muy aburrida, ¿De qué quieres hablar?" Le respondió.

"Hoy vi una estrella fugaz en el cielo, era muy brillante, quizá por eso te pusieron así, ¿No? Quizá

naciste cuando una estrella fugaz pasó, ribbit." Se cuestionaba la ninfa.

Entonces la niña trató de recordar, pero en seguida respondió con un "Ni idea, lo último que

recuerdo es estar en este barco".

La ninfa entonces le dijo "A veces envidio que te hayan puesto Estrella de nombre, mientras que a mí me pusieron Nenu por haber nacido en un nenúfar".

Estrella entonces se río, pues consideraba a su amiga muy graciosa, pero entonces Nenu continuó

diciendo "¿Sabes? Le pedí a esa estrella fugaz mi más grande sueño".

"¿Cambiarte de nombre?" Respondió Estrella bromeando.

"¡Por supuesto que no...!" Le contestó la pequeña ninfa. "Mi sueño es encantar a muchos