Camino lentamente por un estrecho camino, con luces extrañas colgadas desde el techo. Nerviosa y con cautela sigo al mayordomo que me lleva hacia ti, mi preciada heroína. Observo las paredes de oscuro color y cuadros expresivos que me hacen sentir mas cohibida, trato de olvidar pero solo logro pensar mas en ti y en el camino hacia la habitación que me llevara al infierno. Deseo dar media vuelta y largarme de este lugar pero con esta falda y estos pantis no pienso retirarme así que solo me trago los nervios.
- La madam espera detrás de la puerta, con permiso. -salgo del hilo de mis pensamientos y observo la puerta de madera en frente mío, el marco de color marrón y los patrones perfectamente grabados, trago saliva dándome cuenta que no hay vuelta atrás cuando haya abierto esta puerta, pienso en si debería hacerlo, pienso mas de una vez en si debería introducirme en este cuarto y hundirme en tu maldita desgracia pero mi cuerpo responde por si solo. Cuando alzo la mirada ya estaba en la jodida habitación y ahí estabas tú.
Te observe, tus preciados ojos me miraban con fastidio y tu labios se torcían en una sonrisa, juro por todos los dioses existentes que me puse caliente cuando te vi, sentada al borde de la cama con ese traje que entallaba todo tu perfecto cuerpo, con esa mirada que hacia olvidar todo mi pasado, camine lentamente hasta llegar a ti, solo me veías como si estuvieras estudiando mi atuendo o tal vez estudiando mi comportamiento, mi penoso maquillaje y mis incomodos tacones seguro te causaban gracia.
- ¿Qué haces vestida así? realmente pensé que no podrías ser mas ridícula pero todos los días me sorprendes, babe. -soltaste una risa ronca. Mire mi atuendo por el reflejo del espejo que estaba al costado de tu cama, ¿me veía ridícula?
- D-dijiste que me vistiera bien y eso trate de hacer, lo juro, perdóname por venir así, y-yo imagine que te gustaría verme así. - reíste de nuevo, mientras mis piernas temblaban ligeramente y mis ojos se llenaban de lagrimas.
- ¿Cómo una prostituta? ¿pensaste que me gustaría verte como una jodida prostituta? Eres hilarante. completamente estúpida y sin pensar te conviertes en una idiota también. ¿Quién te crees que eres para venir vestida así a mi casa? ¡¿qué es lo que buscas?! ¡¿quieres que te joda?! ¿eso es lo que quieres, verdad?-te levantaste y me tomaste del pelo, jalando cada parte de mi melena bruscamente y empecé a llorar, me sentía como una jodida basura y veía por tus ojos la ira avanzando por tu sistema, con una mano cogiste mi rostro apretando mis mejillas y haciéndome ver miserable. La lagrimas empañaban mi vista y mojaban tus manos. Después de tanto tiempo, llegaba a extrañar este tipo de comportamiento.
- ¡Responde!- tu grito me sorprendió haciéndome llorar mas, convirtiéndome mas en un manojo de lloriqueos y lamentos, observaba tu ceño fruncido y solo podía pensar en lo sexy que se veía en ti, en lo mucho que me gustaba ver tus ojos inyectados en sangre, en lo mucho que amaba cada partícula de ti.
Me puse de rodillas y bese tus zapatos, levante mi mirada buscando tus ojos y rogando con mis palabras, supliqué- Por favor, hazme tuya, por favor, cógeme, tócame, has lo que quieras pero por favor, tócame. Te amo. te amo, te amo. te amo, por favor.
Yo era malditamente adicta a ti y eso nunca iba a cambiar, nunca. Esa era mi miserable miseria.
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léeme
Short Storycortas cartas, cortos relatos, textos sin sentido, todo lo que sale de mi mente y escribo.