léeme

Despedida no tan despedida.

Habían muchas cosas que yo no lograba entender como el ejercicio de matemáticas que la maestra había dejado de tarea hasta el por qué tus ojos brillan cuando me miras o por qué mi corazón late muy fuerte cuando te acercas mucho a mi.

Yo desde luego no debería estar pensando en esto pero las dudas eran inimaginables y las respuestas confusas no lograban disipar mi mente, ¿por qué yo tenía ganas llorar ahora mismo?

Porque tal vez la idea de que te vayas de mi lado me está haciendo daño pero no el daño que haría que una amiga se vaya lejos, no, era el tipo de daño que sentías cuando te arrebatan al amor de tu vida, soy joven lo sé y me faltan muchas personas por conocer sin embargo cada vez que te veo estoy segura que tú eres el amor de mi vida, mi alma destinada.

Siento que ellos me están  desgarrando por dentro, siento como mis ojos arden cada vez que lloro en tu nombre y como mi mente no deja de pensar en tus labios.

Yo lloro porque fue tan injusto que te hayan arrebatado de mi vida, no es nuestra culpa amarnos, tú y yo lo sabemos, esto es amor, esto no es enfermedad, esto no tiene cura.

Mi madre dice que pronto te olvidaré pero tú eres en mi piel como un tatuaje que nunca se borrará, nunca. Ella dice que en el aquel convento donde pasaré probablemente el resto de mi vida se encargarán de sanarme pero si esto es una enfermedad yo quiero morir enferma, si tú eres un virus no debes salir de mi cuerpo porque yo te necesito para respirar, para caminar, para seguir viva.

Voy a extrañar y no sabes cuánto el tacto de tu piel con la mía, tus labios sobre los míos, nuestros cuerpos juntos y sobre todo nuestros corazones latiendo en sincronía como una hermosa melodía.

Mi amor es tan fuerte por ti que no es un delirio decir que yo moriré de tristeza, es algo que mi madre no entiende y la tuya tampoco, yo te necesito para vivir, sin ti soy un cuerpo sin vida. No quiero llegar a extremos y amenazar a todos con morir pero ellos no me dejan opciones, ¿entiendes?

No puedo verte sufrir, no puedo sufrir sin ti, sin ti todos los problemas pesan en mi espalda, sin tus besos todo se nubla a mi alrededor. Yo te necesito y se que tú me necesitas también.

No me arrepiento de nada ni siquiera que nos hayamos entregado en cuerpo y alma ese día, lo volviera a hacer una y mil veces sí es necesario, odiaron tanto nuestra dicha de estar juntas que nos separaron y es algo que nunca yo podré perdonar.

Odio a cada persona que esté en contra de lo nuestro y me encargaré de llegar a ti sea como sea, no me importa dañar a los demás porque están dañando al amor de mi vida, a mi madre no puedo verla con otra cara mas que desprecio.

Te prometo, amor, que pronto nos veremos.