Capítulo II: No todo es como lo pintan.

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Capítulo II: No todo es como lo pintan, en especial si es azul.

 

 

Hacía ya tiempo que la última clase había dado fin, esperé a que salieran los demás para así poder salir a mis anchas. Guardé la McBook portátil en mi mochila y la eché al hombro.
Tras ese incidente con los otros chicos, no había pensado en otra cosa y en las posibilidades que hubieran ocurrido o lo que le hubiese dicho a Reachel al verme con un ojo violeta.
Caminé por el pasillo, esquivando los viejos pupitres. Miré de reojo al profesor Fonart, quien se veía lo suficientemente ocupado rayonenado lo que parecían ser formularios.
-¿Alex?.-Al escuchar mi susodicho nombre me paré en seco y parpadeé un par de veces. Me giré hacía él quien se acomodaba las gafas de una forma poco usual.
Había algo en él, aquella mirada que me intimidaba.
Tragué saliva y respondí: ¿Va todo bien?
El señor Fonart sonrió y se quitó las gafas.
-Bienvenido. Sé que será de tu agrado estudiar aquí...- Rió, yo no encontraba la gracia de todo aquello pero lo dejé pasar de largo.
-Sí.-Contesté seco.- Gracias.
Se levantó de su escritorio y tomó mi mano para estrecharla con las suyas. Un escalofrío rozó mi piel debajo de la sudadera.
-Y el placer será mío al tenerte en mi clase.- La soltó y se acercó hasta su portafolio.- Estoy seguro que lo he visto en otra parte.
-Yo le aseguro que no lo ha hecho, señor Fonart.
Lo miré fijamente, tratando de deducir que era aquella persona. Tal vez  se había dado cuenta. Tal vez le gustaba lo suficiente su trabajo como para tratar de simpatizar a los alumnos nuevos dándoles la bienvenida de esta forma. O tal vez yo estaba lo suficientemente paranoico y traumatizado como para recibir esta clase de afecto de parte de otra persona. Todo podía pasar.

Al cruzar el umbral de la puerta, me miró de reojo y sonrió.
-Buena tarde, señor Hi-no-ris.
No respondí pese a mi desconcierto.

El cielo de afuera estaba a punto de romper a llover por lo que la capucha tapaba mi cabello. Había chicos que salían directo a diversos lugares de todas partes de la calle.
Divisé el Toyota negro y un timbrazo de parte de este.
Reachel aparcó de momento frente a la acera y bajó uno de los vidrios polarizados.
-¡Vámonos, popstar!.- Se veía realmente animada. Yo sonreí y me subí en la parte del copiloto, y abroché el cinturón, aventando mi mochila a la parte trasera.
Reachel puso en marcha el Toyota, mientras que yo estaba absorto en mis pensamientos mirando como el parabrisas desembocaba las pocas gotas de lluvia que surgían del cielo gris.
-Y bien. ¿Cómo te fue en tu primer día, campeón?.-Preguntó Reachel sin dejar de mirar el camino.
-Fue.... Bueno.- Era una verdad a medias.
Aunque fuera mi confidente de más confianza no pensaba decirle que unos malotes me habían amenazado, ni que había un maestro extrañamente acosador y tampoco que me había defendido un chico. No.

Reachel tamborileó los dedos en el tablero. Creo que yo debería preguntarle algo para romper el hielo.
-¿Y a ti como te fue?.- No estaba especulantemente interesado, pero no me mataría saber.
Hizo un chupete con la boca y dijo:
-Bueno, ya sabes... Lo mismo.-Dijo casi en un suspiro.- Y Alexia me pidió que te llevara a Skine Breackfast para una sesión de fotos o algo así. Ya sabes, quiere posar junto a ti.
Hice una mueca, odiaba posar. En el fondo sabía que mi futuro no tan prometedor como Alex Hinoris no era realmente prometedor ni duradero, ahora lo podía ver con claridad gracias a esa noticia.
Me crucé de brazos y me hundí en el asiento, para que se diera cuenta de mi descontento.
Ella me miró de soslayo y alzó una ceja.
-Sólo será una sesión de fotos, chico. Eso no te matará.- Volvió sus ojos al camino.- Además, adorabas pasar el tiempo con tu mamá. ¿Qué fue lo que le pasó al Adam que yo conocía?
-Cumplió 16 y ahora quiere ser independiente de sus decisiones.-Respondí como un rayo.

A mi pequeña tercera persona(Yaoi/GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora