Capítulo VIII: Acepta ser otro y ayuda a Zibbi.

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Fin de semana de Callum:




-Cuando dije que estaría bien ayudarte en tus labores de casa pensé que sería algo más que sólo venir y hacer tus tareas domésticas mientras tú te paseas por allí sin hacer nada.- Refunfuñó Zibbi mientras se estiraba para alcanzar las telarañas de las esquinas del techo.

-Supongo que debiste suponerlo... Ya me conoces.- Sonreí sosteniéndole la silla en la que estaba parada.

Zibbi Mauld solía ser una chica simpática pero sin dejar de lado su faceta ruda, era mi otra mejor amiga que lamentablemente no asistía a ninguna de mis clases. Ella era única, y siempre llevaba su mismo estilo de siempre pero lo que más llamaba la atención de ella era su cabello excesivamente largo y lacio pero siempre adornado con una gorra con la visera al revés; era de estatura más alta que la media pero su rostro reflejaba su corta edad. Zibbi era muy linda y muy popular con casi todo el grueso poblacional masculino de nuestra escuela.

-Recuerda, dude.- Dijo.- Sólo te ayudo porque en verdad me agrada tu madre.
-Claro... claro.- Cerré los ojos un momento.- Por cierto que hoy Diner volvió a mencionarte.- Respondí pero ahora mirándola de soslayo.
Ella se giró rápidamente y frunció el ceño.
-En serio que él no entiende.- Golpeó la pared con la escoba en un movimiento brusco.

Por un momento me pareció gracioso lo que ellos dos hacían, a mi parecer creía que podrían ser buena pareja... si Diner no fuese Diner. Otra cosa que caracterizaba a Zibbi era su gran madurez.
Por un lado tuve que reconocer que ellos habían sido un gran impacto en mi vida desde que tuve problemas con mi familia así que lo menos que podía hacer era ser amable con ellos. 

-Ya, ya.- Dije dándole una palmadita en la espalda a Zibbi.

La castaña me fulminó con su mirada color chocolate y dio un brinco para bajarse de la silla mientras dejaba la escoba tirada, meneó su larga cabellera y me dio la espalda para dirigirse hacia el reproductor de música que tenía.
-¿Vas a poner música?.- Pregunté cruzándome de brazos.
Zibbi asintió.
-Me calma, hace que olvide por un momento al alienígena de Diner.- Contestó sacando un CD de su mochila.- Esta canción en especial, es mi favorita.
Colocó el CD dentro del reproductor y pulsó el botón plateado que decía "Play".
Comenzó a sonar algo parecido a country.
Zibbi se volteó con una gran sonrisa y meneando casi todo su cuerpo en una especie de baile.
-Suena bien.- Dije mientras marcaba el ritmo con mi pie derecho.- ¿Qué es?
Zibbi se acercó a mí y jaló mis brazos.
-Se llama Pieces, chico pose, y es la canción más genial que has oído en toda tu jodida vida. Rascal serán lo mejor que oirás, más bien dicho.- Me jaló aun más.- Bailemos, dude.

Reí entre dientes y negué con la cabeza.

-Canta conmigo entonces, señor aguafiestas.- Pidió realmente feliz.- For keeping you around. Girl, I thought that you were mine. 

-Cantas realmente mal.- Dije. Zibbi se quedó callada y me sacó su dedo medio mientras se daba la vuelta y cogía de nuevo la escoba.

-Vamos, que aún falta el salón.-Se volteó a mirarme con el ceño fruncido y salió de la habitación.

Todo esto se debía a que mi madre vendría de visita por lo que había pensado en limpiar al menos lo que sabía que vería con más facilidad, por lo tanto le pedí a Zibbi que me ayudase a limpiar este basurero. A Zibbi le agradaba mi madre y viceversa por lo que había sido fácil convencerla para limpiar lo que era mi mugrienta cueva.
Hace mucho que había pensado en una realidad alterna -suelo pensar mucho a decir verdad-, tampoco es que mi situación fuese de las peores pero me gustaba pensar en otra alternativa para cambiar esto. 
Pensé en Adam y lo que le había dicho hace unos días "Siempre supe que le podría pasar a otro", pero no podía flaquear y menos si había dicho algo como eso... No me había pasado a mí, tampoco es que quisiera una vida como la que él tenía y mucho menos recordando lo que me había contestado. Me parecía molesto y era por eso que prefería mantenerlo alejado, no era bueno relacionarse con personas que toda su vida han vivido en una burbuja mientras que otros vivíamos a la sombra de la realidad y donde nada se podía comparar a lo que él tenía. 
Recuerdo haber visto a su madre, era muy hermosa y lucía casi celestial, como a una persona que no le falta nada. A comparación de la mía.

-¡Callum, deja de soñar despierto y ven a A-Y-U-D-A-R-M-E!!.- Gritó Zibbi, a la que casi olvidaba.

Parpadeé un poco y fui tras ella.
-Ya voy, Cenicienta.-Contesté riendo.
-Vete un poquito a la- La interrumpí antes de que terminara la frase.
-No querrás que Sky se entere de tu verdadero vocabulario.-Respondí, callándola.

A mi pequeña tercera persona(Yaoi/GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora