Capítulo 2

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Las cejas de Ga Eul se fruncieron con confusión al notar que en la pantalla de su móvil yacían más de cinco llamadas perdidas de Woo Bin. Se sentó sobre la orilla de la cama mientras buscaba con paciencia el contacto de este entre los pocos que mantenía guardados, todavía con el cabello húmedo y una toalla perfectamente envuelta alrededor de su cuerpo Ga Eul contó una y otra vez los típicos tonos de espera antes de que su amigo castaño por fin le contestara, tuvo que alejar el aparato de su oreja casi inmediatamente cuando el grito de Woo Bin lastimó su oído y le aturdió por una milésima de segundos.

¡Niña del demonio! ¡¿Cuántas veces más debo llamarte hasta que te dignes a contestarme, eh?!

—Pero fui yo quien te devolvió la llamada... 

Un fuerte bufido tras la línea bastó para que Ga Eul cerrara sus ojos sintiéndose aparentemente regañada.

—Olvídalo. ¿Estás en tu departamento? ¿O en casa de tus padres?

Sabía que nadie la vería, pero aún así Ga Eul ladeó un tanto su cabeza hacia un costado por la confusión que le ocasionaba aquella pregunta.

—En... En mi departamento... —Balbuceó, aún sin entender.—¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

—Perfecto. Paso por ti en quince minutos.

—¿En quince minu...? ¿Qué dices que harás? —Su ceño se frunció, ahora sí sintiéndose en medio de un bucle de confusión. Pero, ah... Por qué no le sorprendía?—¿Sunbae? ¿Woo Bin sunbae tú...? ¡¿Me cortó?! —Chilló viendo la pantalla de su móvil, la llamada había sido finalizada abruptamente.

Ga Eul resopló lanzando el teléfono a la cama y cruzándose de brazos mientras las gotas frías de su cabello se deslizaban por los costados de su rostro realizando un camino infinito por su cuello y hombros, paseándose libremente por sus brazos.

Permaneció quieta observando la pantalla negra del televisor que se encontraba justo frente a ella. Sus ojos se movieron hasta la pared, encontrándose directamente con el reloj y su clásico tick tack de todos los días. Pronto serían las siete de la tarde y Ga Eul estaba pensando seriamente en negarse a lo que sea que Woo Bin quisiera hacer o donde sea que la quisiese llevar, ¿No podía simplemente quedarse en su departamento cenando algo ligero para poder irse a la cama plácidamente? ¿Será que Woo Bin había olvidado que ella era alguien ocupada y con un trabajo que mantener? ¡Por supuesto que no lo había olvidado! Pero así era él, así eran ellos y francamente Ga Eul estaba más que acostumbrada a esos comportamientos, a esas visitas inesperadas y a esos planes a última hora. Cenas improvisadas y también en restaurantes famosos y por supuesto, costosos.

Un suspiro de resignación acompañó el tick tack del reloj de su habitación cuando cayó en cuenta de que no podría negarse, por aquella tarde no podría darse el gusto de ir a la cama temprano. Woo Bin se había encargado de hacerle saber que no porque fuese una maestra responsable debía olvidar que también tenía una vida, él, Jan Di, Jun Pyo y Ji Hoo estaban en contra de su esclavitud hacia el trabajo. "Un buen momento en compañía de tus amigos y familia será siempre bienvenido", decía su amigo castaño cada vez que ella intentaba negarse.

Además tenía la leve sospecha de que si se negaba cualquiera de ellos aparecería fuera de su departamento para obligarle a salir.  En fin, cosa de amigos.

Ga Eul decidió vestirse de una vez sabiendo que Woo Bin odiaba que le hicieran esperar, además según sus cuentas estaría fuera de su edificio en menos de diez minutos.

Para cuando terminó de colgar el último pendiente en su oreja izquierda su teléfono volvió a llamar su atención, esta vez contestándolo inmediatamente.

The story continues [Yi Jeong y Ga Eul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora